Para entender el conflicto entre Israel y Palestina

Una vez más, el conflicto entre Israel y Palestina se convierte en el centro de la atención internacional. “Una vez más” para quienes tenemos ya unos años, pero tal vez sea la primera vez para nuestro alumnado, que descubra con asombro las atrocidades que se están cometiendo en ese territorio y no entienda los procesos que hay detrás de ellas. Esta entrada toma como recurso básico un texto de Olga Rodríguez para investigar sobre el conflicto entre Palestina e Israel.

Ficha de la técnica

Curso: Desde 3º de ESO.

Materias: Geografía e Historia, Educación en valores cívicos y éticos.

Objetivos: Al final de la técnica el alumnado:

  • Incrementará sus conocimientos sobre las causas del actual brote de violencia entre Palestina e Israel.
  • Valorará posibles elementos que faciliten la paz.

Temporalización: Dos sesiones.

Actividades complementarias: Recursos para abordar el conflicto entre Israel y Palestina.

Desarrollo de la técnica

Podemos empezar la sesión con dos lluvias de ideas. En una primera, recogemos lo que el alumnado sabe sobre el brote de violencia actual entre Israel y Palestina. En la segunda, intentamos indagar cuáles consideran que son sus causas. Con este material de partida, invitamos al alumnado a investigar para reafirmar o refutar sus ideas previas.

Presentamos el texto de Olga Rodríguez “Ni un intento de paz en Palestina” al alumnado. Se puede entregar el texto completo para su lectura o solo extractos de él.

La autora realiza varias afirmaciones. ¿Son correctas? Por grupos de trabajo deben investigar cada una de esas afirmaciones. Proponemos algunas de ellas, pero el alumnado puede elegir otras.

En la Guerra de los Seis Días de 1967 Israel ocupó ilegalmente –con condena de varias resoluciones de Naciones Unidas– Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este, los Altos del Golán sirios y el Sinaí egipcio. A día de hoy, y a pesar de su ilegalidad, mantiene esa ocupación, excepto en el Sinaí, devuelto a Egipto en 1979, tras la firma de los acuerdos de paz de Camp David. Esta ecuación impide de facto la creación del Estado palestino asignado por Naciones Unidas como tal.

La vida en Cisjordania es muy dura para la población palestina. Está sometida a un régimen de segregación y sufre limitación en su libertad de movimientos, con la existencia de unos 200 puestos militares israelíes permanentes y un par de centenares más móviles que controlan las entradas y salidas. Hay menores palestinos que se levantan a las cinco de la madrugada cada día para hacer frente a la larga espera en los checkpoints con la intención de llegar a sus institutos, colegios o universidades. A veces lo consiguen, a veces no.

En los últimos quince años murieron a causa de la violencia 6.401 palestinos y 308 israelíes. La superioridad militar de Israel es incuestionable, y esto le ha permitido aplicar políticas sistemáticas de opresión contra la población palestina y de apartheid, tal y como han denunciado organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y B’tselem, así como el relator especial de Naciones Unidas, el antiguo secretario de Naciones Unidas Ban Ki-Moon o el expresidente de EEUU Jimmy Carter, entre otros.

Durante décadas los territorios palestinos estuvieron gobernados por grupos laicos y la presencia en la sociedad civil de organizaciones de izquierda fue notable. Como indican numerosos analistas, Israel ha fomentado el auge de Hamás negando interlocución a Al Fatah y la Autoridad Palestina. De ese modo el Gobierno de Tel Aviv pretende reducir la cuestión a una guerra de Israel contra Hamás, sacando de la ecuación la ocupación, el apartheid y la existencia de una sociedad civil palestina, entre la que hay una minoría palestina cristiana y muchos musulmanes partidarios de un Estado laico.

La sociedad civil palestina lo ha intentado todo a lo largo de las décadas: resistencia no violenta, dos Intifadas, manifestaciones, protestas o campañas de boicot a los productos que se fabrican en territorios ocupados ilegalmente, siguiendo el modelo de lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Todos los mecanismos no violentos han obtenido represalias por parte de Israel, con disparos, asesinatos, detenciones, multas o criminalización.

Cuando el Ejército israelí asesina a palestinos en Cisjordania, los gobiernos europeos y estadounidense no dicen que la población palestina tiene “derecho a defenderse”. Pero cuando grupos armados palestinos asesinan a israelíes, la comunidad internacional occidental apoya “el derecho” de Israel “a defenderse y responder”, a sabiendas de lo que eso suele significar en términos de pérdida de vidas civiles palestinas. Recordemos que en los últimos quince años el 95% de las muertes han sido de palestinos, según datos de Naciones Unidas.

Después de la investigación en grupos, cada uno de ellos presentará sus conclusiones. Para ello, leerá el párrafo tal y cómo lo redactó Olga Rodríguez si considera que es correcto o con los cambios que considere adecuados si considera que debe ser modificado. Además, acompañará el párrafo con una imagen que lo ilustre. Podrá ser tomada de internet o ser un dibujo creado específicamente para ese fin.

Se puede entablar un debate si hay discrepancia entre las conclusiones de algunos grupos. Pero la finalidad del debate no sería llegar a un acuerdo, sino escuchar otras posturas que nos puedan enriquecer. Las conclusiones serán personales, no colectivas.

Al final del artículo, la autora afirma que:

Solo hay dos caminos: búsqueda de la paz y negociación asumiendo que los palestinos existen, que deben tener derechos y que no pueden ser enterrados bajo la arena, o persistencia en la opresión y la violencia contra ellos, con la eliminación física de cientos o miles de forma periódica. O con una limpieza étnica de cientos de miles. Cuanto antes se trabaje por la única opción válida, mejor. La paz siempre es posible.

¿Es la paz siempre posible?, ¿cómo es posible la paz en este conflicto concreto? Cuchichean en parejas sobre estas preguntas. Después se juntan en cuartetos para compartir sus ideas. Finalmente, se abre una discusión en grupo grande. Algunas de las preguntas que podrían ayudar a guiar el debate serían:

  • ¿Qué te ayudaría a sentir seguridad, a no tener miedo, si fueses palestina o palestino? ¿Y si fueses israelí?
  • ¿Qué te permitiría no sentir odio hacia la otra comunidad que habita el territorio?
  • ¿Qué tipo de organización política sería la más adecuada?

La técnica puede concluir con estas dos noticias:

One thought on “Para entender el conflicto entre Israel y Palestina

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