Crítica al auto y alabanza a la bicicleta
El automóvil es uno de esos ídolos mezquinos e insaciables que hacen insoportable la vida a los humanos. Lo exige todo en el altar de los sacrificios: devorador insaciable de recursos naturales y contaminador acreditado, coloniza los espacios reorganizándolos a su antojo. Es una deidad sanguinaria que se ha cobrado más vidas humanas entre los norteamericanos que todas las guerras que el imperio ha protagonizado, incluidas las dos conflagraciones mundiales. A pesar de su enorme