Crítica al auto y alabanza a la bicicleta

El automóvil es uno de esos ídolos mezquinos e insaciables que hacen insoportable la vida a los humanos. Lo exige todo en el altar de los sacrificios: devorador insaciable de recursos naturales y contaminador acreditado, coloniza los espacios reorganizándolos a su antojo. Es una deidad sanguinaria que se ha cobrado más vidas humanas entre los norteamericanos que todas las guerras que el imperio ha protagonizado, incluidas las dos conflagraciones mundiales. A pesar de su enorme

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Sobre modelos de ciudad

La ciudad constituye el tejido espacial de la vida social. Presenta una doble dimensión interactuando: la ciudad como urbs y la ciudad como civitas. Esta concepción dialéctica desde la que la modernidad ha definido la ciudad evoca la unión de un territorio físico (urbs) y una comunidad de ciudadanos que la habitan (civitas). En consecuencia, no existe ciudad sin ciudadanos, sin vida comunitaria, pero tampoco existe ciudad sin territorio, sin el asentamiento de una población

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