El pico del petróleo mediante juegos

Erik Assadourian, coordinador del libro Educación Ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica, co-diseñó en 2011 un escenario eco-educativo para el popular juego de mesa Los colonos de Catán, titulado Catán: Yacimientos de petróleo (“Oil Springs” en la versión original) que ha sido traducido al castellano y puede descargarse gratuitamente (instrucciones y componentes imprimibles) en varios idiomas desde la página oficial del juego. No obstante, para poder jugar se requiere disponer de todos los componentes incluidos en la caja básica de Catán.

Este recurso ofrece una forma divertida, para quienes jueguen, de tener que enfrentarse personalmente con problemáticas ecosociales como el cambio climático, los bienes comunes y en general algunos de los desafíos que subyacen a un crecimiento continuo en un sistema finito. A su vez, viene complementado por un texto de recursos para educadores y educadoras escrito por el propio Erik Assadourian y traducido más abajo.

Otros recursos de interés que pueden encontrarse sobre esta temática son:

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Recurso educativo para el escenario “Yacimientos de petróleo” del juego de mesa Catán

Autor: Erik Assadourian (traducido por José Bellver)

Catán proporciona una buena herramienta de enseñanza en general, ayudando a enseñar probabilidades, negociaciones y planificación a largo plazo. Catán: Yacimientos de petróleo fue diseñado para ayudar a hacer de Catán una valiosa herramienta también para la educación ambiental. Se introduce aquí la dinámica de los riesgos ambientales y las recompensas económicas, y permite a quienes juegan explorar si estos factores pueden equilibrarse satisfactoriamente.

Aquí van algunas informaciones para incorporar a tus clases:

 

CONTAMINACIÓN: Traer a casa las consecuencias de los derrames de petróleo

En los últimos 50 años, más de 10 millones de barriles de petróleo se han derramado en el Delta del Níger por fugas en tuberías y accidentes. Eso es el doble de lo que se derramó en el vertido del Golfo de México en 2010. Las pérdidas naturales y económicas de dichos derrames pueden ser catastróficas, pero es difícil para la mayoría de las personas comprender la dimensión de un número tan grande. Jugando a Catán: Yacimientos de petróleo se obtiene una nueva apreciación de las consecuencias de los vertidos de petróleo cuando su tierra se contamina y deja de producir recursos valiosos.

Los jugadores y jugadoras eligen cuidadosamente sus ubicaciones de asentamiento para aprovechar recursos como la madera, el grano o el petróleo. El uso del petróleo puede acelerar el desarrollo económico y acerca a quienes juegan a la victoria. Pero, por cada cinco petróleos usados, se produce un desastre ambiental: los dados se lanzan y un hexágono de recursos aleatorio puede contaminarse y resultar improductivo para el resto del juego. Privados de recursos, los/las jugadores/as pueden encontrar que sus estrategias se desmoronan, incluso si no fueran los que desarrollan la producción de petróleo.

 

CAMBIO CLIMÁTICO: Las áreas costeras son vulnerables a las inundaciones y la protección es costosa

El cambio climático y otros desastres ambientales podrían generar hasta 1.000 millones de refugiados para 2050. Muchos de estas personas serán víctimas de inundaciones costeras: a medida que los océanos se calientan, su agua se expande, lo que hace que el nivel del mar aumente, posiblemente hasta 2 metros. En Catán, las inundaciones costeras pueden derrotar a las ciudades portuarias ricas y barrer los asentamientos costeros, deshaciendo las inversiones realizadas. Al igual que en el mundo real, las comunidades menos enriquecidas son las que más sufren, porque tienen menos recursos para protegerse de un desastre inminente.

En Catán: Yacimientos de petróleo las inundaciones costeras de se desencadenan si sale un siete durante la “fase de desastre” que ocurre cada vez que se usan cinco petróleos. Cuando se produce una inundación, las ciudades se reducen a asentamientos y los asentamientos se eliminan por completo. Quienes son afectados/as por el desastre siempre pueden reconstruir sus comunidades dañadas, pero nunca saben cuándo puede volver a ocurrir un desastre. Solo las metrópolis costeras son inmunes, debido a sus paredes marinas y otros diseños avanzados. Sin embargo, la construcción de metrópolis requiere una inversión masiva en infraestructura que solo los/las jugadores/as ricos/as en petróleo pueden pagar. La Unión Europea actualmente gasta la friolera de 880 millones de euros al año para proteger sus áreas costeras del aumento del nivel del mar.

 

ESCASEZ DE RECURSOS: Planificación para un futuro seguro, estable y diversificado

Nadie sabe exactamente cuándo se agotará el petróleo, pero es un recurso finito, con unas reservas probadas de petróleo en todo el mundo que se estiman entre 1,18 y 1,34 billones de barriles. A medida que el petróleo se vuelva más escaso, las naciones dependerán más de otros recursos. También pueden depender más del petróleo de regiones volátiles y encontrar que su dinero del petróleo financia a regímenes hostiles. Los líderes mundiales de hoy enfrentan el desafío de construir economías diversas que puedan prosperar a lo largo de un futuro en el que el petróleo sea más caro y difícil de obtener.

Quienes jueguen a Catán: Yacimientos de petróleo notarán que el petróleo comienza a desaparecer hacia el final del juego. Esta es una mala noticia para quien ha elegido una estrategia que depende en gran medida del petróleo, como construir demasiados asentamientos sobre los hexágonos de petróleo. Cuando se agote el petróleo, este/a jugador/a no tendrá petróleo que usar ni intercambiar y, del mismo modo que una nación con una economía que depende del petróleo, puede que descubra que ha descuidado el desarrollo de otros sectores (por ejemplo, la agricultura o la silvicultura) y no puede obtener los recursos que necesita avanzar. Observar este desarrollo puede ser una herramienta de enseñanza útil.

 

TRAGEDIA DE LOS COMUNES: El uso irrestricto de recursos es una apuesta arriesgada

Los/las economistas y ecologistas comenzaron a discutir acerca de la “tragedia de los bienes comunes” en la década de 1960, con el ejemplo de los pastores individuales que permiten a sus animales sobre-pastorear un terreno compartido. Surge una tragedia de los bienes comunes porque un pastor individual acumula el beneficio completo de agregar un animal más al pasto, pero él soporta una parte muy reducida del coste de esta sobreexplotación, que se divide en partes iguales entre todos los pastores. Cada pastor decide racionalmente agregar otro animal al pasto, hasta que se arruina el pasto, destruyendo así el sustento de todo el mundo. Los ejemplos de hoy en día incluyen el cambio climático por la emisión de gases de efecto invernadero y el colapso de la pesca mundial por sobrepesca.

En Catán: Yacimientos de petróleo, un/a jugador/a obtiene beneficios significativos al usar el petróleo para acelerar la construcción de asentamientos, ciudades y metrópolis. Después de todo, ¿cuál es el daño de usar “solo uno poco más” de petróleo? Sin embargo, cada vez que se usa una ficha de petróleo, avanza siniestramente el tablero por el camino del desastre. Por cada cinco fichas de petróleo usadas, se produce un desastre, por lo que los/las jugadores/as pueden decidir si racionar su uso de petróleo, una decisión que se toma más fácilmente como colectivo que a nivel individual. Se trata de negociaciones globales sobre el cambio climático a escala de isla, y es muy probable que algunos/as jugadores/as no quieran cooperar. Si se usa demasiado petróleo, la isla de Catán se destruye completamente y el juego terminará sin que nadie gane.

 

LÍMITES AL CRECIMIENTO: Alcanzar la capacidad de carga de la isla y la Tierra

Hoy en día, la sociedad humana está utilizando la biocapacidad de 1,5 planetas, y en el proceso, socavando los sistemas de la Tierra. A medida que la población mundial aumenta más allá de los 7.000 millones y los niveles de consumo se incrementan por todo el mundo, se está ejerciendo una presión adicional sobre los suministros de agua dulce, las tierras cultivables, las pesquerías, los bosques y el sistema climático de la Tierra.

Quienes juegan a Catán: Yacimientos de petróleo pueden también chocar contra los límites del crecimiento. A medida que el “rumbo al desastre” se llena con fichas de números, la capacidad de la isla disminuye y si no se encuentra el equilibrio entre el crecimiento y la conservación de los recursos de Catán, la isla puede ser destruida por el desastre y todo el mundo perderá, como lo representa el “rumbo al desastre” llenado con 5 fichas de números. Pero el imperativo de crecer es fuerte y difícil de resistir, lo que brinda un gran ejemplo para hablar sobre el crecimiento y sus límites.

 

DISPARIDADES DE DESARROLLO: Los/as más pobres están menos preparados/as para enfrentar un entorno cambiante

Los 500 millones de personas más ricas del mundo (alrededor del 7% de la población mundial) son responsables del 50% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, mientras que los 3.100 millones de personas más pobres (44%) son responsables del 5-10% de las emisiones. Sin embargo, a menudo, quienes son más pobres son más vulnerables a los cambios ambientales resultantes, como las precipitaciones menos predecibles, el aumento del nivel del mar, las tormentas más violentas, los menores rendimientos de los cultivos y la propagación de enfermedades transmitidas por vectores. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático informa que los rendimientos agrícolas en algunos países africanos podrían caer hasta en un 50% para 2020 como resultado del cambio climático.

En Catán, todas las personas son vulnerables a la contaminación industrial y las inundaciones costeras, que están determinadas por la tirada de un dado. Sin embargo, como en la vida real, los/las jugadores/as menos avanzados/as son menos capaces de soportar estos desastres. Por ejemplo, las metrópolis construidas con riquezas petroleras tienen muros marinos que las protegen de las inundaciones costeras, mientras que quienes se están menos desarrollados/as observan con consternación cómo sus asentamientos y ciudades son barridos. Y, cuando la contaminación industrial golpea, la riqueza petrolera puede ser el factor decisivo para que un/a jugador/a pueda o no reunir los recursos para construir nuevos asentamientos en tierras no contaminadas.

 

LA MALDICIÓN DE LOS RECURSOS: Más petróleo, más problemas

Paradójicamente, muchas de las naciones ricas en petróleo del mundo tienen niveles de pobreza altos e incluso crecientes. Esta “maldición de los recursos” suele ir acompañada de corrupción, conflictos armados y una gobernanza ineficaz. Nigeria, por ejemplo, tiene 36.200 millones de barriles de reservas probadas de petróleo, pero ha estado plagada de guerras civiles, gobierno militar y un índice de pobreza que aumentó de 77% en 1986 a 84% en 2004 (AIE y Banco Mundial).

Los/las jugadores/as de Catán: Yacimientos de petróleo también encontrarán que tienen problemas para traducir sus recursos petroleros en una economía robusta. El ladrón, que hace que los hexágonos de recursos sean improductivos hasta que se eliminen, parece rondar obstinadamente alrededor de los yacimientos de petróleo. Un/a jugador/a que saca un siete en su turno puede colocar la ficha de ladrón en el hexágono de recursos de otra persona y robarle una carta de recurso. Las fichas de yacimientos de petróleo, especialmente las más productivas que tienen ciudades y metrópolis, serán objetivos principales.

 

 

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