Ante cualquier interacción entre iguales puede existir desacuerdo y, por tanto, un potencial conflicto, pues este forma parte de la propia interacción humana; son algo inevitable en la vida y un elemento central del proceso de crecimiento personal y social. Pero existen determinados tipos de conflictos que se articulan en torno a algún eje de desigualdad, haciendo que sus consecuencias afecten a colectivos y comunidades muy amplias y con consecuencias devastadoras a nivel ecosocial. Existen tantos potenciales conflictos como ejes de dominación de unas personas o territorios sobre otros, ya sea en términos de clase social, de género, de etnia o raza, de geopolítica o de dominio de la humanidad sobre la naturaleza. Por lo tanto, aspirar a un mundo sin conflictos pasa necesariamente por combatir la dominación, tratar de desmontarla o, al menos, reequilibrar las fuertes desigualdades que existen en diferentes planos.
En todo caso, un primer paso, en aras de afrontar los conflictos de nuestro tiempo, es ser conscientes de ellos (al menos una parte), pues sin conocimiento, es difícil combatirlos, tanto si estamos en el lado beneficiado como en el lado oprimido. Esto es así independientemente del plano de opresión, ya sea en la pugna por los recursos naturales, en la defensa del territorio frente al expolio y la contaminación, en la defensa de los derechos de las mujeres, o en la lucha contra las desigualdades socioeconómicas…, que se originan esencialmente en las formas en las que están configurados nuestros modos de vida y, más concretamente, los modelos de producción y consumo dominantes. Unos modelos en los que prevalece la centralidad de los beneficios económicos de unos pocos frente al bienestar de las mayorías sociales, la justicia social y la sostenibilidad ecológica.
Por otra parte, en todos estos frentes existen, además, miles de personas que combaten las injusticias y contraponen propuestas y formas alternativas de hacer las cosas. Estas no son solo semillas de esperanza, sino en muchos casos experiencias de las que aprender que merece la pena conocer para poder reflexionar y construir otros mundos posibles.
Estos son los objetivos del recurso didáctico que compartimos hoy, elaborado en el marco de la campaña Tecnología libre de conflicto de la comunidad de educadoras y educadores Edukalboan.
Este recurso busca proporcionar un espacio lúdico en el que el alumnado pueda formarse y aprender sobre el mundo en el que vivimos, con el fin de concienciar acerca de las consecuencias de nuestros modos de vida, animando a encontrar formas para transformarlo.
Se trata de una versión alternativa del tradicional juego de mesa Trivial Pursuit, con preguntas interesantes de cultura general, y con una mirada ecosocial, al que pueden jugar personas de cualquier edad, siempre que tengan un mínimo de conocimiento sobre el tema o interés y ganas de aprender. En este caso, las categorías temáticas están enfocadas a abordar algunos de los principales conflictos de nuestro tiempo, previamente señalados. El juego pretende generar reflexión y conocimiento sobre el modelo de producción y consumo imperante en nuestras sociedades globalizadas, así como sus causas, consecuencias y también posibles alternativas.
Niveles: ESO y Bachillerato
Asignaturas: Ciencias Naturales; Economía; Conocimiento del Medio; Ciencias Sociales
Tiempo de juego: 1 h – 1h y ½
Competencias
1 – Competencia de aprender a aprender
2 – Competencia lingüística
3 – Competencia social y ciudadana
Material necesario
Descarga aquí el tablero, las fichas de preguntas y las instrucciones y, ¡¡a jugar!!