La Furia. Sobre el ciclo de vida de los materiales

Esta semana os proponemos una actividad para analizar el ciclo de vida de los productos desde la cuna hasta la tumba.

La actividad ha sido diseñada por Marta González Reyes, profesora del colegio Hipatia de FUHEM. En principio fue pensada para alumnado de formación profesional, pero se adapta muy bien para el último ciclo de primaria. Os dejamos con ella:

FICHA TÉCNICA

Nivel: Preferentemente segundo ciclo de primaria. También se puede adaptar al primero de ESO o a FP básica.

Asignaturas: Geografía. Conocimiento del medio.

Objetivos: Al final de la técnica el alumnado:

  • Conocerá el concepto de ciclo de vida.
  • Estará más sensibilizado con los imapctos de la producción y el deshecho.
  • Estará más motivado para la reducción de su consumo.

Temporalización: Una clase de 50 min.

Método: Grupos interactivos.

DESARROLLO DE LA TÉCNICA

Texto base

La Furia

Érase una vez que se era (en este caso hace sólo cuatro años).Yo nací. Me bautizaron como La Furia y con razón, era una bestia. Toda roja, con expresión aerodinámica y todos los accesorios de un último modelo (tres platos, siete piñones, amortiguación delantera, cuernos, luces, decoración con pegatas…). Como ya habréis imaginado era una bici de montaña (aunque yo prefiero que me llaméis La Furia).

Bueno, como os iba diciendo, nací hace cuatro años a partir de un montón de piezas sueltas. Por un lado el cuadro, los piñones, el plato, la cadena, los pedales, el sillín y demás, de aluminio claro está, tuvo que viajar un montón de kilómetros desde las lejanas minas (más allá de los mares, ya no recuerdo donde) hasta una siderurgia del País Vasco, donde se hizo el aluminio. De allí llevaron el aluminio a Barcelona donde hicieron finalmente el cuadro y todo el resto de cosas.

Pero no sólo nací del aluminio, como podéis imaginar mis ruedas son de caucho. El caucho ha venido desde la selva del Amazonas en Brasil, a una fábrica de ruedas en Italia y, desde allí, finalmente a Barcelona para unirlas al cuadro.

En el sillín tengo un recubrimiento de cuero que se hizo a partir de una vaca que vivió en Argentina.

Lo siguiente que me pusieron fueron unos faros y unas agarraderas en el manillar la mar de molonas. Los faros eran de plástico, que, antes de ser plástico fue petróleo. En concreto fue petróleo de Arabia Saudí, que viajo en un superpetrolero por el Mediterráneo hasta Cartagena (Murcia), desde donde lo llevaron a una refinería que hay en Puertollano (Ciudad Real), que lo convirtió en plástico. Finalmente, en Coslada, a las afueras de Madrid, me convirtieron en faros y agarraderas.

Pero ¿qué son los faros sin bombillas? Para las bombillas tuvieron que hacer vidrio. La tierra con la que se hace el vidrio vino de una cantera que hay en Cuenca, pero la fabricación propiamente dicha la hicieron en Sevilla. Luego, como el resto de piezas, me llevaron a Barcelona para el ensamblaje final.

¿Y que es de las bombillas sin unas buenas pilas?. Las pilas fueron las que más orígenes tuvieron, ya que parte es de metal, otra parte de plástico, también llevan metales contaminantes como el cadmio o el mercurio y un montón de cosas más.

Por último, tras pintarme de rojo furioso, me pusieron unas pegatas de papel plastificado de lo más chulas. El papel se hizo a partir de árboles indonesios en una papelera que hay en Galicia.

Finalmente, aunque me hicieron en Cataluña, yo nací en Madrid, que es donde me compraron. Al principio todo fue sobre ruedas (nunca mejor dicho), pero al poco tiempo (dos años) la cosa se empezó a torcer. Yo ya no era un “último modelo” y mi dueña ya no me quería como al principio. Después la cosa no hizo más que empeorar y, cuando tenía sólo tres años de vida y estaba en plenas facultades físicas, me sustituyó por una fea y horrible bici dorada “último modelo” (tenía hasta amortiguación trasera). No tuvo ninguna consideración conmigo y, así sin más, me tiró a la basura.

El camión de la basura me acomodó (bueno, realmente me apretujó) entre un montón de objetos desagradables y me llevó a la Planta de Separación de Valdemingómez. Allí, sin ningún tipo de consideración, me despiezaron.

Por un lado se llevaron las cosas de aluminio, que volvieron a fundir en el País Vasco y ahora forman parte de un coche, una ventana y una docena de bricks de leche.

Las ruedas, que no estaban casi gastadas, las quemaron así, sin más. Eso sí, como me sentó tan mal el desprecio ardí con un humo negro y lleno de sustancias contaminantes. Por lo menos no me hicieron viajar más y todo lo hicieron en la incineradora de Valdemingómez.

El cuero del sillín, que podían haber usado para hacer compost (abono), no se molestaron en reciclarlo y ahora sirve para que las ratas del vertedero de Pinto jueguen con él.

Las cosas de plástico siguieron distinta suerte: las agarraderas al vertedero y los faros a reciclar (ahora son parte de uno de los chirimbolos que hay en la Castellana).

Del vidrio de las bombillas nada de nada. Aunque el vidrio de los envases se puede reciclar muy bien, el de las bombillas no. Así que me tiraron sin más contemplaciones en el vertedero de Pinto, donde sin querer hice un corte en una de las patas de las ratas que suelen jugar con la piel del sillín.

Con las pilas de los faros no sabían que hacer porque son muy contaminantes. Una de ellas la han metido en el Depósito de Seguridad en San Fernando de Henares. Pero la otra se cayó por el camino, terminó reventado y contaminó el agua del Manzanares, de donde llegó al Jarama, de allí al Tajo y ahora está a punto de entrar a contaminar el Océano Atlántico.

Y el papel de las pegatas dejaron que se echase a perder. Dijeron que no merecía el esfuerzo de reciclarlo y lo quemaron en una incineradora, para después llevar las cenizas a un vertedero.

Yo que estaba en plenas facultades… Si no me querían, ¡al menos, podían haberme dado a otra persona con la que hubiese podido seguir dando paseos…!

Método de trabajo

La técnica está pensada para trabajar en grupos interactivos en los que, con el impulso de un adulto, el alumando trabaja en grupos heterogéneos para resolver colectivamente un problema. En todo caso se puede adaptar a otros métodos.

Las fichas para trabajar en cada uno de los cuatro grupos serían las siguientes:

Grupo 1

Grupo 2

Grupo 3

Grupo 4

5 thoughts on “La Furia. Sobre el ciclo de vida de los materiales

  1. Excelente el artículo que has escrito para entender como con el paso del tiempo los materiales cambian, justo igual que las personas y donde hay que saber elegir el óptimo en cada caso para que las estructuras y los trabajos sean lo más duraderos posibles, gracias por compartir

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