Cuidar es otra historia

La entrada de esta semana nos habla de cuidados y lo hace a través de un juego on line creado por la ONGD InteRed, y diseñado para ofrecer una herramienta coeducativa a profesorado, educadores y educadoras, fomentando la responsabilidad colectiva de los cuidados con alumnado a partir de 3 años, pero con adaptaciones para niñas y niños mayores, en el ámbito educativo formal y no formal. Realizado desde un proceso colaborativo con profesorado, voluntariado y representantes de ONGD y financiado por la Junta de Andalucía a través de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo, este juego tiene como objetivo fortalecer la conciencia personal y ciudadana sobre los cuidados como eje central de nuestras vidas y sociedades, cuestionando el modelo actual que genera injusticias y desigualdad de género por la falta de corresponsabilidad en los cuidados.

Este recurso es una apuesta por el juego como experiencia lúdica, formalizada y guiada, con un sentido también creativo y pedagógico. Es decir, propuestas de juego expresivo, narrativo, teatral, que ponen en marcha las habilidades que consideramos valiosas para desarrollar cualidades de los cuidados y que nos permiten trascender los límites de lo conocido y probar experiencias personales de empatía, de comprensión, de diálogo y de autoconocimiento.

La revolución de los cuidados se da en el propio proceso del juego, en su metodología y su forma de guiarlo. Con cuidados nos referimos a aquellas actividades imprescindibles para al mantenimiento de la vida, a la sostenibilidad social tanto en un plano físico como emocional y socio-político. Por ejemplo, atender, escuchar, gestionar el presupuesto del hogar, consolar, enseñar, asistir a las personas enfermas o dependientes, acompañar en la muerte, parir, criar, alimentar, cocinar, lavar, coser, sanar, reciclar, reutilizar, generar redes de cuidados colectivos, participar en actividades para mejorar los derechos humanos y la conservación del planeta, etc. Todos estos cuidados son necesarios y no son susceptibles de jerarquizarse.

La Pedagogía de los cuidados propone un modelo coeducativo en el que estas acciones sean prioritarias, y, por tanto, la vida y su sostenibilidad están en el centro de todos los contenidos y las acciones educativas. Este modelo incide en la responsabilidad de la desigualdad que han sufrido las mujeres por haber sido socializadas y obligadas a desarrollar los cuidados.  

De lo anterior se deduce que la actualidad de estos temas que afectan a niños, niñas y jóvenes convierte el juego que prersentamos en una herramienta clave para abordar realidades como el duelo, la desigualdad, las dificultades de conciliación de la vida laboral y personal o la amistad.

Teresa Pineda, coordinadora de este juego, y Malén Álvarez, la creadora dan más informaciones en el video que sigue:

Objetivos del juego:

  1. Fortalecer la auto-conciencia sobre los cuidados como eje central de nuetras vidas y sociedades.
  2. Incrementar la capacidad para cuestionar criticamente el sistema social patriarcal, evidenciando la falta de corresponsabilidad en los cuidados que genera opresiones, injusticias, desigualdades y violencia de genero.

“Jugar es otra historia” está compuesto por esta guía didáctica, 30 cartas y un anexo titulado “Cada carta tiene su historia”. Este último contiene la historia resumida que hay detrás de cada carta, junto con unas reflexiones y cuestiones, y que es posible ampliar buscando el cuento completo del que proviene.

También se ha creado una versión de la guía didáctica que permite trabajar las emociones y los cuidados teniendo en cuenta el contexto de la pandemia: “Guía didáctica Cuidar es Otra Historia. Las emociones en tiempos de pandemia.

El juego propone varias propuestas de trabajo para distintos niveles y edades:

  1. De 3 a 8 años;
  2. De 7 a 12 años;
  3. De 11 años en adelante.

Tal y como se ha comentado, la baraja completa para el juego está compuesta de 30 cartas.
Las cartas de la 1 a la 25 pueden usarse para todas las edades. En infantil y primaria se propone retirar las cartas de la 26 a la 30 que, sin embargo, se recomiendan para secundaria, porque remiten a temáticas propias de su edad. Una avertencia. La carta 26 aborda el tema del suicidio; si el docente o el grupo no están en el momento adecuado para entrar en este tema, la carta puede retirarse de la baraja antes de jugar.

A continuación, y a modo de ejemplo, se propone el juego para niños y niñas de 3 a 8 años. En la guía didactica es posible leer la explicación del juego para las demás etapas, así como algunas recomendacioes para el profesorado, un glosario, una referencia a los “Centros de Cuidados” y la bibliografia esencial.

  • INTRODUCCIÓN

En círculo, el grupo está de pie, en un espacio diáfano. La maestra o maestro presenta la actividad (“este es un juego sobre el cuidado”) e invita a la fórmula mágica de inicio: todas a la vez, con las dos manos abiertas dan dos golpes suaves en el pecho diciendo “Yo me cuido”; después las manos se abren hacia fuera, y mirando a alguien dicen “Yo te cuido”; y con las manos una vez arriba y otra abajo (al techo y al suelo) dicen: “Yo lo cuido”.
Esta fórmula se repite 3 veces.

El grupo se sienta en círculo en el suelo. La maestra o maestro plantea preguntas: ¿Quién me cuida a mí? ¿Cómo me cuidan? ¿Me gusta que me cuiden? ¿Cómo podemos cuidar? ¿A quién, o a qué?

Después, se puede aclarar “los cuidados son las cosas que hacemos para mantener la vida: cuidamos el cuerpo, el corazón, las relaciones y el mundo.

A continuación presenta la baraja. El o la docente muestra el mazo de cartas boca abajo, las extiende y pide que 3 personas del grupo elijan una carta. Cada una de ellas se deja boca abajo, sin descubrir. Cuando están elegidas se descubren las 3 cartas y se pasan por el grupo para que el alumnado pueda verlas. Después se dejan en el centro y el grupo ha de elegir solo una de las 3 para trabajar con ella (por ejemplo, por votación). La carta elegida se deja en el centro del cír culo y las otras dos se retiran. ¿Qué hay en la carta? Se recogen 4 o 5 respuestas descriptivas (en la carta hay… lo que veo es…).

  • SENTIR

Relato: El maestro o maestra cuenta el cuento al que se refiere la carta según el texto original. Ver Anexo “Cada carta tiene su historia”. Si no se puede acceder al cuento original, se puede contar una versión inspirada en la carta y el texto que la acompaña en la guía.

Visualización: La maestra o maestro invita al grupo a cerrar los ojos, tomar una postura cómoda y respirar. Anuncia que se va a hacer un ejercicio de ojos cerrados y que hace falta un poco de tiempo para colocarse. Es importante dejar que el grupo tome el espacio suficiente para que los cuerpos no estén en contacto unos con otros y la postura sea cómoda (sentadas o tumbadas boca arriba). Primero se acompaña la colocación con la palabra, dando pautas para orientar la respiración (“imagínate que tu respiración llega hasta los pies y los llena de aire; poco a poco el aire sube por las piernas hasta las rodillas”, y va subiendo hasta que el cuerpo entero se llene de aire).

Cuando se han relajado, propone una imagen a partir del cuento. Es posible poner una misma imagen para todo el grupo o bien ofrecer que cada persona se sitúe en uno de los personajes del cuento (el personaje se elige antes de tumbarse). Con la voz vamos situando al grupo en el centro de la escena que queremos investigar. “Imagínate que tú eres… Y estás….”. No se trata de tener mucha información sobre el cuento, sino de ponerles en la situación y aportar preguntas: ¿Cómo es el sitio en el que estás? ¿Qué hay a tu alrededor? –pausa-. ¿Cómo te sientes? ¿Qué quieres hacer? –pausa-.

Allí donde estás, ves que se acerca alguien…

¿Quién es, cómo es? –pausa-. ¿Qué te dice?–pausa larga-.

Esa criatura se despide; ves cómo se va marchando. ¿Cómo te sientes con su marcha? –pausa-.

Vuelves a estar sola. Vas a despedirte de este lugar. Poco a poco abres los ojos.

Hay que dejar un tiempo de pausa en silencio entre cada una de las preguntas, para que tengan tiempo de dejar que la imagen surja y se aclare. Es una exploración interior sobre la carta.

Después el grupo se sienta de nuevo en círculo y se comentan en grupo grande las escenas (qué han visto, y qué han sentido).

El ejercicio dura en torno a 10 minutos. El tiempo real dependerá del ritmo que el grupo necesite para colocarse y entrar en el silencio. Hay algunos grupos que necesitan más tiempo e instrucciones muy continuas para situarse en este ejercicio, que en general les es desconocido.

  • HABLAR DE CUIDADO

La maestra o maestro recuerda al grupo: “estamos aprendiendo sobre los cuidados”. El personaje que hemos investigado ¿es un personaje que cuida, que descuida, o que necesita cuidado? ¿Qué cuidados da o recibe?

  • EXPRESIÓN CORPORAL

A partir de lo que han escuchado o visualizado, la maestra o maestro invita al grupo a moverse por el espacio como ese personaje, de forma libre. Después se vuelve al círculo y la maestra o maestro propone una presentación del personaje con los cuidados. Se hace de manera colectiva, todas a la vez, como un eco, con voz y con movimiento. Será con esta fórmula: “somos la clase de… queremos cuidar al personaje así… (eligen conjuntamente un movimiento o posición que exprese cómo cuidar); el cuidado que queremos es…(con palabra y
con gesto) y el cuidado que damos es…”

  • EXPRESIÓN PLASTICA

Damos un tiempo para que cada cual proyecte de manera plástica lo que ha visualizado o sentido: se puede hacer un dibujo o figura de plastilina en relación con el personaje y el cuento (no necesariamente el propio personaje, sino algo en relación con el cuento). Las obras se ponen en el centro de la sala para poder verlas en grupo.

  • CIERRE

Se repite la formula del principio. Se pueden hacer varias sesiones con diferentes cartas, para incluir distintas visiones sobre los cuidados.

Posibles variantes: hacer la sesión unas veces con expresión plástica y otras con objeto mágico; unas veces con protagonista y otras con antagonista. Lo que se mantiene en todo caso es la fórmula mágica de apertura y cierre.