Cambio climático y migraciones

A pesar de las innumerables declaraciones de intenciones en torno a la limitación del calentamiento global, lo cierto es que siguen sin adoptarse medidas políticas contundentes que verdaderamente permitan frenar el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Frente a la recomendación de la comunidad científica de no superar la cifra de 350 ppm (partes por millón) de CO2 para no seguir incrementando el nivel de peligrosidad del cambio climático, llega casi a alcanzar las 400 ppm, un 40% más que en tiempos pre-industriales, un incremento también exponencialmente creciente en otros gases de efecto invernadero (GEI) importantes como el metano (CH4) o el óxido nitroso (N2O) (ver gráfico 1).

ev emisiones gei

 Gráfico 1: Concentraciones de gases de efecto invernadero de larga vida en los últimos 2000 años. Fuente: IPCC (http://www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg1/es/faq-2-1-figure-1.html)

Más bien al contrario, la brecha entre la previsión futura de emisiones (cumpliéndose los compromisos actuales) y el nivel necesario para cumplir con el objetivo de los 1-1’5ºC (de no superarlos) no hace más que incrementarse según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

A consecuencia de ello, la temperatura media global sigue incrementándose, y más allá de lo que pueda ocurrir en un futuro nada lejano, el aumento de las temperaturas medias globales está ya hoy causando perturbaciones climáticas cada vez más frecuentes que afectan de lleno a un número creciente de poblaciones. Según documenta el informe La Situación del Mundo 2013 del Worldwatch Institute (editado en español por FUHEM-Ecosocial e Icaria), el ritmo al que están aconteciendo desastres naturales se está acelerando, habiendo aumentado un 42% desde los años ochenta. Entre estos desastres naturales, aquellos relacionados con el clima han pasado de representar la mitad a más del 80% de los mismos.

Estos impactos climáticos como son las inundaciones, los huracanes, o las sequías, y otros de carácter más lento y prolongado, como los procesos de desertificación, la pérdida de biodiversidad o la subida del nivel del mar están haciendo que muchos lugares del mundo pasen a ser prácticamente inhabitables, obligando a sus poblaciones a dejar sus tierras y emigrar a otras regiones.

En algunos casos, las poblaciones afectadas regresan tras el desastre, en otros casos no. Por ejemplo, en Nueva Orleans la población descendió un 24,5% entre los años 2005 y 2010 por causa del huracán Katrina.

 Nueva Orleans

                Foto: La ciudad de Nueva Orleans inundada tras el paso del huracán Katrina (Fuente: http://pixabay.com/en/new-orleans-louisiana-81669/).

En las islas Kiribati, en el Océano Pacífico, sus habitantes observan resignados cómo poco a poco el agua del mar va comiéndoles terreno hasta que, probablemente, ¡su país acabe desapareciendo! Así lo documenta este vídeo realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que dedicó su informe anual del año 2008 a los muy desiguales impactos del cambio climático sobre la humanidad:

Tan preocupante o más como este caso es el de los más de 600 millones de personas que en el mundo habitan en deltas fluviales o zonas bajas costeras.

Otro de los grandes problemas que está causando el cambio climático es la proliferación de problemas de escasez de agua causada por las cada vez más frecuentes sequías o los procesos de desertificación. Según un informe del Consejo Noruego para el Refugiado, la escasez de agua podría afectar a entre 75 y 200 millones de habitantes en África para 2020 y a 1.000 millones de personas en Asia para 2050.

sequía

FOTO SEQUÍA: http://www.fotopedia.com/items/flickr-94501076

La escasez de agua o estrés hídrico da fomenta conflictos en la medida en que esta es fuente directa e indirecta (para la producción de alimentos) de vida. Estos conflictos ya vienen existiendo desde tiempo atrás como reflejaba la activista Vandana Shiva en su famoso libro de Las guerras del agua. Un ejemplo de ello muy reciente es el conflicto de Siria, donde las fuertes sequías de los últimos años asociadas a cambios en el clima de esta zona geográfica, entrelazadas con otros factores como el carácter represivo del régimen sirio, han contribuido a encender la llama de la rebelión, especialmente en el ámbito rural. Así lo documenta Michael Renner, en un capítulo sobre cambio climático y migraciones en el ya citado informe del Worldwatch Institute y que FUHEM-Ecosocial publica en su Boletín-ECOS nº24.

Michael Renner alerta de que los casos de personas que se ven forzadas a emigrar debido a los diversos impactos climáticos son cada vez más numerosos, y que las actuales tendencias en la emisiones de gases de efecto invernadero hacen que sea previsible su multiplicación con los años. Esto evidencia, según este experto americano, la creciente necesidad de incluir nuevas categorías de personas desplazadas, como podría ser la de refugiados ambientales de cara a que la legislación internacional pueda ofrecer cierto grado de protección a estas personas. Estos refugiados ambientales no tienen hoy ningún reconocimiento. La mayor o menor vulnerabilidad de estas personas dependerá crecientemente de tal reconocimiento y sobre todo del fomento de medidas de adaptación que incrementen la resiliencia (capacidad de adaptación) ante los fenómenos climáticos para así poder limitar o evitar estas migraciones forzosas.

4 thoughts on “Cambio climático y migraciones

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