La posible escasez de alimentos que traerá el cambio climático −ligada a la degradación de los suelos y a la ocurrencia de fenómenos del clima más imprevisibles y extremos, con frecuentes y persistentes sequías− preocupa a algunos países que tienen una alta población (como Corea del Sur y China) y a otros con territorios desérticos −donde será más difícil producir alimentos−, como los países del Golfo pérsico. La producción de alimentos se convierte así en uno de los motores que incentiva el fenómeno global del acaparamiento de tierras, junto a otras razones que se explican más adelante. La fiebre de tierras supone la compra de enormes extensiones de terreno por parte de empresas y gobiernos, con el beneplácito de los gobiernos anfitriones y de las instituciones financieras internacionales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, entre otras).
El acaparamiento de tierras no es un fenómeno nuevo. Lo que sí es nuevo es el ritmo y la extensión de territorio que está en juego o ya ha cambiado de manos. Actualmente se registra principalmente en África, Asia y América Latina, pero también tiene lugar en Europa (España, entre otros países).
Al nivel global, se estima que al menos 50 millones de hectáreas –recordar que la superficie de toda España son 62 millones de hectáreas− podrían haber cambiado de propietario en los últimos años; algunas fuentes lo elevan hasta 227 millones de hectáreas.[1]
Hasta ahora, los acuerdos de compra confirmados ya finalizados suman unos 33 millones de hectáreas en más de 750 transacciones, y hay al menos 200 propuestas de compra más en diferentes estados de maduración.
¿Dónde se están produciendo las compras de tierras y quiénes son los principales países acaparadores?
En estos cuadros puedes descubrir cuáles son los 10 países donde se están acaparando más tierras y quiénes son los mayores acaparadores.
El acaparamiento de tierras se realiza a través de privatizaciones y de reclamaciones de titularidad pública y posterior venta o arrendamiento de terrenos a largo plazo, a 30, 50 o incluso 99 años renovables.
Pero, ¿por qué se produce el acaparamiento de tierras?
Además de la producción de alimentos que mencionábamos más arriba, el colapso del mercado hipotecario que provocó la crisis financiera de 2007 lanzó a los especuladores internacionales en busca de inversiones más seguras en cualquier lugar del globo. Las tierras y los productos agrícolas se convirtieron pronto en su objetivo dada su versatilidad y multiplicidad de usos, ya que se pueden utilizar como alimentos, forraje para los animales, fibras, biocombustibles, o, simplemente, como bienes raíces y productos financieros para especular en los mercados internacionales (a ellos han recurrido, por ejemplo, varios fondos de pensiones europeos).
La especulación sobre las tierras provocó, como efecto inmediato, el aumento de la cotización de los productos financieros sobre productos agrícolas (que forman parte de los llamados commodities, junto a los minerales, entre otras materias primas), lo que a su vez unido al aumento del precio del petróleo y la especulación financiera con los productos alimentarios contribuyó al aumento del precio de los alimentos a nivel mundial. Esta fue la raíz de la crisis alimentaria de 2008, que se repitió en 2011. El número de hambrientos/as en el mundo superó los 1.000 millones.
Muchas de las transacciones de tierras se basan en la noción de que se trata de tierras “baldías”, “marginales” o “degradadas”, sin apenas población y que es poco probable que se utilicen para producir cosechas alimentarias. Así, los promotores de la agricultura industrial se ofrecen a explotar estas tierras “ociosas” y a producir alimentos en lo que serán grandes negocios de alta rentabilidad. La realidad es que no se trata de tierras marginales, sino de las más fértiles, y no están en desuso ni desocupadas: son y han sido trabajadas por sus pobladores desde hace mucho tiempo, y de ellas obtienen su sustento. Además estas tierras cumplen un papel clave en el equilibrio ecosistémico.
Conviene también recordar que, con frecuencia, los cultivos que se plantan en las tierras acaparadas no son para alimentos. En un contexto de cambio climático que se cruza con una crisis energética (por el progresivo agotamiento del petróleo barato), buena parte de las tierras se dedican a cosechas “flexibles”, es decir, productos agrícolas que sirven tanto para alimentación humana y forraje como para agrocombustibles –como maíz, caña de azúcar, remolacha o trigo en el caso del bioetanol, y soja, palma aceitera o colza en el caso del biodiesel, además de cultivos específicos, como la jatrofa (para biodiesel)−. Según un estudio,[2] en los casos analizados sobre 11 millones de hectáreas acaparadas, el 63% de la superficie estaba dedicada a cultivos para agrocombustibles y el 25% para alimentos. Los agrocombustibles, lejos de ser una alternativa al petróleo y contribuir así a frenar el cambio climático, echan leña al fuego para seguir “cocinando el planeta”.[3]
En otras ocasiones, el acaparamiento de tierras se produce “robando” territorios al bosque o a la selva para sustituirlo por monocultivos destinados a la exportación. En los bosques es la vegetación la que guarda la fertilidad y, además, sirve como sumidero de CO2. Una vez perdida la vegetación se pierde la fertilidad y la capacidad de captación de CO2. El cambio en el uso del suelo (de selva a plantación) también emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Así, la disminución de la masa boscosa reduce la capacidad del planeta para contrarrestar el cambio climático, mientras que los monocultivos industriales potencian el cambio climático.
En otros casos, la tierra acaparada se destina a “cultivar” bosques; es lo que se ha llamado “acaparamiento verde”, el uso de la tierra y los recursos naturales con fines ambientales. En el mercado internacional se compran y venden bonos en los que se intercambian los derechos de contaminación de la atmósfera en virtud de estos bosques cultivados con capacidad de capturar carbono. Es el llamado mecanismo REDD. Esto permite seguir contaminando, incluso contaminar más, a los países y empresas que tienen recursos para pagarlo. En la actualidad hay otro mecanismo de flexibilidad que se quiere introducir, el REDD (Reducción de las Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación forestal). Su lógica es recompensar económicamente la reducción de la deforestación, siempre y cuando el descenso sea mayor que el que hubiese ocurrido sin el incentivo. Sobre esta base se han ido haciendo añadidos: REDD+ suma la conservación y el manejo sostenible de los bosques y el aumento de las reservas forestales de carbono y REDD++ añade todos los usos de la tierra. Los programas REDD conllevan múltiples problemas: i) consideran que las plantaciones en monocultivo son lo mismo que los bosques biodiversos; ii) pretenden que el carbono vivo es equivalente al almacenamiento de los depósitos de combustibles fósiles, cuando el carbono vivo tiene un funcionamiento e implicaciones muy complejas; iii) contemplan el uso de árboles y plantas transgénicas; iv) están suponiendo en muchos casos, pero no en todos, el desplazamiento de las comunidades que habitaban los bosques sujetos al programa REDD; v) si no desplazan a estas poblaciones, sí les enajenan la gestión y manejo de los territorios, convirtiéndolas en “guardabosques”; y vi) en el mejor de los casos el REDD, si se convierte en Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), no contribuirá a disminuir las emisiones, sino simplemente a estabilizarlas, ya que por cada tonelada de CO2 retenida en los bosques se podrá emitir otra.
¿Puede considerarse este sistema una respuesta viable al cambio climático?
Los acuerdos sobre las tierras se están produciendo en un clima de secretismo entre los gobiernos anfitriones y los inversores extranjeros: raramente se hace públicos los acuerdos alcanzados. En el proceso de negociación casi nunca participan los propietarios locales o las comunidades campesinas que cultivan esas tierras.
Así, se están produciendo acaparamientos de tierras incluso aunque los pobladores dispongan de documentos de propiedad, unos títulos que no son muy frecuentes en muchos lugares de África, Asia y América Latina, donde los/as agricultores/as han cultivado la tierra durante generaciones sin documentos específicos o bien se han convertido más recientemente en arrendatarios/as. Sin embargo, cuando llegan los compradores, son expulsados de la tierra sin miramientos, lo que implica perder el lugar donde viven y el medio con el que producen los alimentos para su subsistencia. Así, miles de personas están siendo expulsadas de sus territorios.
El acaparamiento de tierras es en muchos aspectos un fenómeno político. Actualmente dominan tres tendencias:
Ante la magnitud del expolio de tierras y los miles de campesinos expulsados, varias organizaciones internacionales, como el Banco Mundial y la FAO, han propuesto códigos de conducta voluntarios con objeto de hacer más transparentes las operaciones sobre tierras. Sin embargo, es como poner una tirita en una herida que sangra: no puede parar la hemorragia; transparente o no, sigue siendo acaparamiento de tierras.
RECURSOS:
Lecturas:
– El acaparamiento global de tierras. Guía básica, TNI/FUHEM Ecosocial, junio 2013. Disponible en:
– Acaparamiento de tierras, el nuevo expolio, dossier, FUHEM Ecosocial, 2012. Disponible en:
http://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/Dossier/Dossier_Acaparamiento_de_tierras.pdf
– Entrevista con Saturnino “Jun” Borras, FUHEM Ecosocial, 2011
– Cocinando el planeta. Hechos, cifras y propuestas sobre cambio climático y el sistema alimentario global, GRAIN y otros, 2009. Disponible en: http://www.odg.cat/documents/novetats/LIBRE_GRAIN_NMM_CC.pdf
–No REDD!. Una lectura crítica, Carbon Trade Watch, 2010. Disponible en:
http://noredd.makenoise.org/wp-content/uploads/2010/REDDreaderES.pdf
Webs:
Land Matrix: en esta web tienes datos, gráficos y mucha información sobre el acaparamiento de tierras, además de poder construir tus propios datos:
GRAIN
www.grain.org/es y el blog farmlandgrab.org
Materiales multimedia:
«Acaparamiento de tierras: una realidad tremendamente opaca», Radio 5 (RNE), programa Países en conflicto, 11 marzo 2013
«Acaparamiento de tierras», Radio Mundo Real, audio, Especial “Acaparamiento de tierras”
http://www.radiomundoreal.fm/Acaparamiento-de-tierras
Detener el acaparamiento de tierras por la vida, la tierra y la justicia en Uganda, Amigos de la Tierra, 25/04/2012
http://www.youtube.com/watch?v=fN9YN8c3B9o
Campañas:
– Campaña CRECE, Intermón-Oxfam
http://www.oxfam.org/es/crece/dashboard
– Campaña en contra del acaparamiento de tierras y territorios en Colombia, Coalición Nacional contra el Acaparamiento de Tierras,
http://detenerelacaparamientodetierras.wordpress.com/
– Campaña “Paren, aquí vive gente”, Veterinarios sin Fronteras
http://aquivivegente.org/amenazas-en-africa
ACTIVIDADES SUGERIDAS PARA EL AULA
√ ¿Qué es la jatrofa y para qué sirve? Busca información en internet.
ASIGNATURA: Conocimiento del Medio. NIVEL: ESO-Bachillerato.
También se puede trabajar este tema sobre dos puntos de vista opuestos: la jatrofa como panacea (www.jatrofa.com/) y los efectos de la jatrofa en la gente de Mozambique (http://aquivivegente.org/noticias/70-noticias-3-casos/53-mozambique-la-jatrofa-se-come-el-pais).
√ En Mozambique han sido acaparadas hasta ahora 2 millones de hectáreas. Si Río de Janeiro tiene una extensión de 126.000 hectáreas, ¿Cuántas veces la extensión de Río de Janeiro ha sido acaparada en Mozambique? ¿Y cuántos campos de fútbol, teniendo en cuenta que un campo de fútbol equivale a 0,72 hectáreas?
En Etiopía ya han sido acaparadas tierras por el equivalente 10,48 veces la extensión de Río de Janeiro ¿cuántas hectáreas han sido acaparadas? Si lo medimos en campos de fútbol, equivale a 1.833.333.
ASIGNATURA: Matemáticas NIVEL: Primaria
√ Texto: El caso de Mozambique (pdf)
[1] Intermón Oxfam, Tierra y poder. El creciente escándalo en torno a una nueva oleada de inversiones en tierras, informe 151, septiembre 2011. Disponible en: http://www.oxfam.org/es/crece/policy/tierra-y-poder
[2] Estudio del Consultative Group on International Agricultural Research (CIGAR), citado en V. Boix, Piratas y Pateras. El acaparamiento de tierras en África, Icaria, 2012, p. 68
[3] Véase el informe Cocinando el planeta. Hechos cifras y propuestas sobre cambio climático y sistema alimentario global, GRAIN y otros, Barcelona, octubre 2009. Disponible en: http://www.noetmengiselmon.org/spip.php?article315
[4] Citado en V. Boix, 2012, op. cit., p. 92.
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