“Hoy, de manera más clara que nunca, no será posible la equidad entre mujeres y hombres, la sostenibilidad de la vida, la justicia, la inclusión, la satisfacción de las necesidades humanas… si no cambiamos radicalmente nuestra manera de producir, de consumir, de participar en la vida política. Por tanto, si necesitamos un cambio cultural y educativo debemos proponer enfoques educativos de cambio y para el cambio.”
Para la entrada de esta semana os proponemos un libro que funciona como guía para pensar el modelo educativo en su conjunto. Un libro esencial para el profesorado, que se sustenta en la tradición de las pedagogías críticas y la educación popular desde el marco de una conciencia ética y transformadora, desde la cual reforzar el compromiso con la creación de modelos de justicia social y equidad.
Este libro es un material de reflexión, pero también de programación ya que aterriza hasta llegar a aportar orientaciones para la integración curricular de proyectos transformadores y habla también de metodologías afines a este paradigma educativo emancipador. También aporta orientaciones para la evaluación.
“Si queremos capacitar a niñas y niños como personas que deben desenvolverse en un mundo complejo, si se trata de fortalecer una ciudadanía crítica que se indigna ante las situaciones de desigualdad, pobreza y exclusión, y de lograr su compromiso con las luchas colectivas por el logro de un mundo más justo, equitativo y solidario, entonces debemos pensar la educación como un ámbito político en el que la cultura escolar, el conocimiento, el currículo, la razón y la emoción se pongan al servicio de esos fines.”
El libro, además, aborda la cuestión de la alimentación. Lo hace desde una mirada global e integra en el análisis la perspectiva de género y sostenibilidad social y ambiental. La propuesta educativa que acompaña la guía busca generar conciencia crítica y movilizar a la comunidad educativa ante las consecuencias sociales, económicas y ambientales que se derivan de nuestro modelo alimentario (producción, distribución, comercialización y consumo).
Con esta idea se intenta promover un modelo alternativo, basado en los principios de la soberanía alimentaria, donde el centro escolar se convierte en institución promotora de una ciudadanía crítica comprometida con la sostenibilidad de la vida.
En la guía, se plantea como situar la soberanía alimentaria en el centro del diseño pedagógico nos permite integrar elementos fundamentales como la coeducación, la sostenibilidad ambiental, aspectos relacionados con la convivencia, y proyectos tan interesantes como el huerto escolar. Este libro, por tanto, no se queda en la reflexión, sino que ejemplifica con concreción cómo podemos caminar hacia la praxis del cambio social desde la educación.
“Hoy en día se requiere una acción educativa de largo plazo pero con unos objetivos muy claros: generación de pensamiento crítico, concientización (en sentido freiriano), indignación, empoderamiento individual y colectivo, desarrollo de capacidades para la acción social y política transformadora, prácticas democráticas, aprendizajes para trabajar colectivamente -entre diferentes-, reforzándonos mutuamente, compartiendo luchas y solidaridades… Es decir, una educación que genere un aprendizaje para la transformación individual y colectiva, una educación comprometida con éticas ecosociales.”
A través del siguiente enlace es posible descargar la guía completa.
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