Una pequeña localidad inglesa de apenas 15.000 habitantes, llamada Todmorden y situada a veinte minutos de la ciudad de Manchester, se ha hecho famosa mundialmente por un innovador proyecto de agricultura urbana local. La idea es grandiosa por su simpleza, se señalan 70 espacios públicos donde se pueden cultivar verduras, hortalizas, plantas medicinales y frutales. Posteriormente un grupo de 300 personas voluntarias se encargan del mantenimiento y cuidado, durante un mínimo de dos mañanas al mes. Cualquier persona, residente o turista, puede servirse cuando llega la hora de la cosecha.
Increíbles y comestibles es una propuesta tan sencilla que parece ingenua, vista desde nuestras mentalidades en las que todo lo que tiene valor debe llevar asignado un precio. Y sin embargo el éxito de la iniciativa ha desbordado las expectativas más optimistas, pues no se trata simplemente del hecho de cultivar verduras colectiva y socialmente sino de articular un discurso sobre la importancia de la agricultura de proximidad, la reconstrucción del vínculo comunitario o la educación ambiental en un contexto de crisis climática y energética.
Pam Warhurst, antigua concejal y una de las promotoras de la iniciativa, afirma en este video como una de sus preocupaciones al impulsar Increíbles y comestibles era el suministro de alimentos en un futuro cercano. En 2008 un primer grupo de voluntarios se animaron a iniciar los primeros “cultivos propagandísticos”, como llamaban a los primeros huertos cultivados para que la gente consumiera verduras del municipio aunque no los trabajara.
La promoción de la autosuficiencia alimentaria de los municipios, aunque no se consiga totalmente, es la filosofía que inspira el proyecto. Una iniciativa a la que se ha sumado el ayuntamiento cediendo una gran parcela para construir un amplio Jardín Comestible, servicios públicos como la comisaría de policía, el centro de salud o el cuerpo de bomberos también han instalado sus propios huertos. Ante esta arrolladora dinámica las fuerzas de la cultura, en el teatro, o las iglesias locales, también han destinado espacios para cultivar verduras.
El programa de trabajo para los próximos años, además de la producción de huevos, contemplaría una serie de iniciativas como:
- Construir escuelas con visión de futuro que incorporen la alimentación como un componente crucial en la defensa del medioambiente y el bienestar.
- Transformar los edificios de sanidad pública mediante plantas comestibles y árboles frutales como parte integrante del diseño y el espacio de trabajo.
- Presionar a los poderes públicos para que liberen las tierras para el cultivo de alimentos.
- Planificar para alimentar: apoyar la producción local de alimentos mediante un sistema de planificación que localice todos los lugares donde se cultiva.
- Hacer que el cultivo sea un indicador de bienestar para los servicios públicos.
- Insistir en que todos los nuevos hogares cuenten con espacio para el cultivo.
- Todos los propietarios de viviendas deben encargarse de habilitar un espacio para el cultivo en sus casas.
- Fomentar la compra en el mercado local: esto implica un apoyo a los productores y agricultores locales y colabora con la relocalización de los subsidios.
- Luchar para que las entidades públicas, tales como escuelas y autoridades sanitarias, prioricen la adquisición de alimentos locales.
- Invertir en técnicas de producción de alimentos para el futuro. Todo graduado, diplomado, cocinero, técnico, agricultor y productor de alimentos va a resultar imprescindible.
Las iniciativas locales que resultan sugerentes y estimulantes tienen un enorme poder de replicabilidad, de adaptarse y traducirse a otros contextos donde sigue manteniendo su validez. La iniciativa de Increíbles y Comestibles se ha implantado en cientos de municipios de los cinco continentes, como una forma de ir cambiando la realidad a la vez que se sensibiliza sobre la necesidad del cambio.
No resulta extraño que esta modesta buena práctica, que se ha exportado a medio mundo, haya surgido en aquel frondoso valle. Hace más de 150 años, el municipio vecino de Rochdale veía nacer la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale, la primera cooperativa de consumo que sentaría las bases y principios del movimiento cooperativista moderno que se expande por el planeta. ¿Una casualidad?