Tiempo de actuar

La salud en el huerto

El huerto escolar es, sin duda, una herramienta práctica virtuosa para el aprendizaje de los ciclos naturales y la transmisión de valores ecosociales: desde aquellos que tienen que ver con una alimentación saludable hasta todo lo relacionado con el cuidado de los ecosistemas.

En tiempos en que la salud de las personas está siendo un elemento central, también conviene recordar la relación que esto guarda con la salud de nuestros ecosistemas, especialmente cuando se trata de los sistemas alimentarios. Por ello, aunque sea en una menor escala, un buen principio para poner esto en práctica consiste en tener herramientas para mantener nuestros huertos en buena salud.

En muchas ocasiones se piensa en el huerto escolar como un espacio en el que realizar actividades para el alumnado más pequeño, pero no tiene por qué ser así. Para muestra de ello, aquí va una actividad desarrollada en el colegio Hipatia para el alumnado de Física y Química en 2º de ESO.

NIVEL

Alumnado de 2º ESO. Física y Química.

TEMPORALIZACIÓN

Una sesión.

OBJETIVOS

CONTENIDOS

Composición del suelo.

MATERIALES

Decidir con antelación qué maceraciones, infusiones, decocciones o fermentaciones se van a realizar y, en función de eso, solicitar el material.

DESARROLLO

En esta actividad proponemos algunas ideas para trabajar con el alumnado sobre la salud en el huerto:

1º) Introducción: ¿Cómo se mantiene un huerto saludable?

Debemos tener en cuenta que la prevención es una parte importante para que nuestro huerto esté saludable. Al igual que nos recomiendan una dieta saludable, hacer ejercicio y demás hábitos para mantener nuestra salud, existen buenas prácticas hortelanas de plantación, riego y abonado que nos ayudarán a evitar posibles daños en nuestros cultivos y muchos trabajos extras, entre ellas están:

2º) Métodos de extracción.

En un primer lugar se explicarán las posibles técnicas a todo el grupo, y posteriormente se dividirá el gran grupo en otros más pequeños. Cada uno utilizará una técnica y se la contará después al resto mostrando los resultados obtenidos.

De las plantas podemos extraer sustancias que se utilizan para controlar posibles plagas o incidencias. ¿Cómo lo haremos? Podemos utilizar diferentes técnicas:

DECOCCIÓN: se remojan los restos vegetales en agua durante 24 horas. Posteriormente se tapa y lleva a ebullición dejando a fuego lento durante media hora. Se deja enfriar con la tapa puesta y se filtra. Es de aplicación inmediata y suele utilizarse para extraer compuestos de plantas muy leñosas.

INFUSIÓN: consiste en hacer una simple infusión con los restos vegetales que nos diga la receta. Se sumerge la planta en agua fría, se calienta y se detiene en la ebullición, se tapa y deja enfriar. Después se filtra y se aplica enseguida. Puede aguantar 2 días como mucho en el frigorífico.

FERMENTACIÓN: consiste en poner en agua la materia vegetal y dejarla varios días, tapada y en zona de sombra constante. Generalmente se suelen utilizar 200 g de planta seca por cada 10 litros de agua, pero depende del caso. Es importante remover una vez al día como mínimo, para controlar la subida de burbujas, ya que debe ser una fermentación con oxígeno. En cuanto veamos que al dejar de remover no suben burbujas (similar a lo que ocurre en el cava o la cerveza) habrá terminado la fermentación. Se filtra y se guarda la extracción en un bidón cerrado. Después se diluye según la receta a preparar.

MACERACIÓN: se trata del mismo método que el anterior, pero dejándolo únicamente 24 horas en remojo. También se filtra el extracto, pero no hace falta diluirlo y no se puede almacenar, es de aplicación inmediata.

*TRUCO: La mayoría de los remedios contra plagas deben aplicarse al atardecer, fuera de las horas de intenso sol, para que tengan mayor efecto, o en su defecto, a primera hora de la mañana.

Aquí algunas recetas que puede realizarse en grupos más pequeños:

PARA LOS PULGONES Y LA MOSCA BLANCA.

Prevenir: decocciones de ajenjo, de hojas de nogal, de brotes de tomatera y especialmente de ajos, para evitar su acercamiento a posibles cultivos.

Curar: Jabón potásico. Jabón realizado con potasa, no con sosa, para evitar daños a la planta. Se diluye en agua y es un remedio para el control de los pulgones y la mosca blanca. Se utiliza mucho en combinación con otros productos. La proporción es una cucharada por 1 litro de agua. Pulverizar al atardecer para evitar la degradación por los rayos del sol, y directamente sobre los animales que queremos controlar, que perderán su protección cerosa y morirán. En el caso de la mosca blanca se pulveriza en el envés de las hojas. Para el pulgón es importante utilizar un cepillo de dientes viejo para arrastrar y limpiar.

PARA LOS HONGOS

Prevenir: decocción de cola de caballo y dilución de bicarbonato sódico. Para evitar que aparezcan hongos podemos pulverizar con una decocción de cola de caballo, que es un potente agente fúngico que, además, refuerza las defensas naturales de las plantas. Para ello se añaden 50 gr. de cola de caballo seca en 5 litros de agua caliente, tapado durante una hora. Después se diluye al 20%, es decir, 200 ml de la decocción en un 1 litro de agua. En 4,5 litros de agua diluir una cucharada de bicarbonato sódico, una cucharada de aceite vegetal y una cucharada de jabón biodegradable. Aplicar pulverizando las hojas semanalmente.

Curar: yogur o leche. Si los hongos ya están presentes (oídio sobre todo), existe un remedio con yogur o leche. Consiste en añadir 3 vasos de yogur, o su equivalente en leche, en 10 litros de agua. Se pulveriza sobre las hojas. El ácido láctico cambiará el pH de la planta y el hongo dejará de ser un problema.

PARA LA ARAÑA ROJA: INFUSIÓN DE HELECHOS O COCCIÓN DE CANELA

Prevenir: infusión de helechos. 100 gr de helechos en 1 litro de agua, una vez diluida, puede aplicarse al inicio de la primavera para prevenir la plaga.

Curar: canela y agua. También es eficaz la cocción de canela diluida en agua y pulverizada sobre las hojas. Mantener la humedad, dado que la araña roja necesita un ambiente seco.

ELEMENTOS PARA UN BOTIQUÍN HORTÍCOLA

EL REY DEL BOTIQUÍN: PURÍN DE ORTIGA.

Tratamiento insecticida, fortalecedor de la planta y abono. Las ortigas son unas magníficas aliadas en nuestro botiquín. Sin embargo, su recolección ha de realizarse por una persona adulta, dado que si no se recolectan adecuadamente sus “pelos” son “urticantes” y producen un intenso picor.

Para el purín emplearemos la Ortiga mayor (Urtica dioica) que crece en todos nuestros campos. Hacemos un concentrado que podemos almacenar para después utilizarlo diluido.

Para hacer el concentrado: 1 Kg de ortigas frescas o 400 gramos de ortigas secas, en 10 litros de agua, dejándolo de 5 a 7 días en fermentación, revolviendo de cuando en cuando.

Para diluir: Doble de agua que de concentrado para regar el suelo (como abono). 10 veces de agua por una de concentrado para las hojas (como fungicida, insecticida y estimulante). Podemos usarlo cuando apliquemos el riego. En la preparación podemos dejarlo más tiempo en agua, hasta 20 días, y conseguimos un purín muy bueno, pero entonces olerá muy mal.

UN REPELENTE PARA TODO: PURÍN DE HOJAS DE TOMATE.

Ahuyenta a los insectos y a los ácaros.

Dejar macerar durante toda la noche 2 tazas de hojas de tomate troceadas en 2 tazas de agua. Colar y aplicar pulverizando las hojas.

ENRIQUECEDOR DE POTASIO: DECOCCIÓN DE CÁSCARAS DE PLÁTANO.

Aporta potasio que fortalece el sistema radicular.

Cocer en 1 litro de agua 6 o 7 cáscaras de plátano. Colar y aplicar al suelo en la base de las plantas. Las cáscaras se pueden poner después a secar y, una vez secas, pulverizarlas sobre la base de las plantas.

LA ÚLTIMA OPCIÓN: En casos graves, se pueden utilizar los famosos insecticidas vegetales para controlar el pulgón, la oruga de la col y otras orugas fitófagas. Son: neem, pelitre, rotenona y Bacillus thuringiensis.

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