Tiempo de actuar

La corresponsabilidad y los saberes cotidianos

«Los saberes de cada día», son una enorme red de conocimientos que aplicamos de forma permanente en nuestra vida cotidiana. La mayoría de estos conocimientos no aparecen como tales en los libros de estudio de nuestro alumnado, son saberes que se aprenden en casa, en el colegio, en la calle. Casi siempre por imitación y observación hacia las personas mayores.

 

Se van acercando las vacaciones de verano y traemos hoy una propuesta para trabajar formas de organización basadas en la corresponsabilidad y los saberes cotidianos. Para ello, hemos seleccionado un cuaderno diseñado para trabajar en Primaria aspectos relacionados con la Educación no Sexista.

 

María Jesús Cerviño Saavedra y Juan Calzón Álvarez

El misterio del chocolate en la nevera

Educación Primaria

Serie Cuadernos de Educacón No Sexista, núm. 15

Madrid: Segunda Reimpresión 2007.

 

El misterio del chocolate en la nevera tiene un doble objetivo:

1.- Reconocer estos los saberes cotidianos como imprescindibles para nuestras vidas.

2.- Descubrir el valor añadido que conllevan en cuanto moduladores de las relaciones entre las personas que conviven en una casa.

 

 

 

 

Los saberes cotidianos, además de tener funciones relacionadas con el mantenimiento y bienestar de las personas, del cuidado de sus pertenencias, de su salud, de su desarrollo emocional e intelectual, tienen una función básica en lo que se refiere a la convivencia, al hecho de poder compartir espacios, objetos, afectos.

Este material didáctico quiere ayudar a reflexionar con el alumnado de primaria sobre cómo los alimentos no aparecen en la nevera de forma espontánea, los baños no se limpian solos, la comida no se prepara automáticamente en la cazuela, ni la ropa sucia va a la lavadora, se tiende o se plancha por su propio pie. Pero no es sólo quién pone los alimentos en la nevera, sino quién pone junto a los alimentos necesarios, justamente los que a mí me gustan; no es sólo que el baño esté siempre limpio, sino también quién se preocupa por cambiar el rollo de papel higiénico y las toallas, o quién sabe cómo es mi piel y compra justo aquel gel que no la reseca; no es sólo quién lava o plancha la ropa, sino quién se acuerda de que necesito una determinada prenda para mi trabajo y está en el armario cuando la necesito.

Tradicionalmente han sido siempre las figuras femeninas quienes han cuidado a los y las demás y se han transmitido de unas a otras todos estos «saberes cotidianos». Es necesario ahora trasmitir esta responsabilidad a todos y a todas; es el momento de generar actitudes no sólo en las niñas, sino también en los niños que tengan que ver con «el mirar a la otra persona », con el cuidado y limpieza de espacios y objetos comunes, con la realización individual o colectiva de actividades de las que toda la familia se beneficie, con responsabilizarse de que la convivencia también consiste en hacer la vida agradable a las personas que viven conmigo y a las que quiero.

Ficha técnica

Nivel: primaria.

Objetivo: transmitir formas de organización basadas en la corresponsabilidad

Temporalización: 1 h. por cada cuento.

Este material propone una serie de actividades que giran alrededor de una historia cotidiana. Son situaciones que el alumnado puede identificar fácilmente, protagonizadas por un personaje muy cercano en edad y actividades a cualquier alumno o alumna de primaria. Aunque también es importante que estas historias lleguen a las familias, bien proponiendo la lectura del cuento con sus hijos e hijas, bien realizando actividades que precisamente están diseñadas para implicar a los padres y madres.

METODOLOGÍA

Se pueden plantear cada una de las historias como proyectos de trabajo, introduciéndolos como actividad dentro de determinadas unidades didácticas, o bien de manera aislada, dentro de las tutorías.

El planteamiento metodológico relaciona la investigación, con la actitud crítica y con el cuestionamiento de hechos que a algunas personas pueden parecer «evidentes». Es, por tanto, fundamental el trabajo de debate sobre cuestiones relacionadas con la responsabilidad en las tareas domésticas y con la asignación tradicional masculino-femenino de valores y actividades, proponiendo un modelo en el que niños y niñas, en función de su etapa evolutiva, vayan adquiriendo responsabilidades respecto a los cuidados cotidianos de la casa e interés por las necesidades de las personas que están a su alrededor.

Actividades:

  1. Observar: tiene por objeto que el alumnado, el profesorado y las familias se habitúen a mirar a su alrededor y a fijarse en aquellas cosas que por rutinarias, no siempre llegamos a percibir; se trata de aprender a mirar a las personas que están en nuestro entorno, lo que hacen y por qué lo hacen.
  2. Investigar: las actividades se centran en detectar lo que no es del todo evidente. Es precisamente aquí donde mejor podemos descubrir esos saberes cotidianos. En definitiva, supone investigar el porqué de aquello que hacen las personas adultas y descubrir que responde a un saber, nuevo o adquirido a través de generaciones; pero, en cualquier caso, un saber imprescindible. Las actividades diseñadas para este bloque son las que agrupan en mayor medida contenidos y procedimientos de la educación primaria. Acercar a la escuela el conocimiento de lo cotidiano, implica descubrir que está relacionado con la matemática, las ciencias naturales, la economía, el razonamiento lógico.
  3. Crear: son actividades que están diseñadas para poner en práctica aquellos saberes que se trabajan en los bloques anteriores. Son actividades que suponen la aplicación de conocimientos y la adquisición de responsabilidades.
  4. Hacer magia: por último, en cada historia aparecen diseñadas bajo este epígrafe una serie de sugerencias, cuya intención es dar a esos conocimientos un valor añadido: generar un entorno que produce satisfacción y facilita la convivencia y caer en la cuenta de que poner en práctica los saberes domésticos también genera satisfacciones.

El cuaderno consta de seis cuentos que se pueden descargar por separado pinchando sobre el título:

 

CUENTO 1: El misterio del Chocolate en la nevera.

 Con este cuento tratamos de reflexionar sobre el hecho de la alimentación y los saberes que implica. El hecho de cocinar y preparar dietas equilibradas requiere conocimientos que tienen que ver con la nutrición. Pero esto es un hecho que, en la práctica, nunca se da aislado sino que viene acompañado de otros conocimientos relacionados con la riqueza culinaria de un país o región, con el conocimiento de sus productos específicos, con la tradición en la preparación y conservación de los alimentos, con la adquisición de los mismos en función de la economía familiar y de las posibilidades de conservación de cada casa, con la organización y limpieza de los recintos, etc.

Las actividades van encaminadas a que los niños y las niñas:

 

CUENTO 2: Estoy malita. Dame un beso en la frente.

 En este caso se trata de que el lector o lectora recapacite acerca de los cuidados que necesita una persona cuando está enferma. Esta reflexión incluye reconocer a las distintas personas que nos atienden: algunas de forma particular y otras como representantes de recursos públicos que pueden estar a nuestro alcance pero no al alcance de todo el mundo. Todas esas personas son portadoras de saberes que lejos de ser excluyentes entre sí, se complementan cuando se trata de cuidar a una persona enferma. Algunos vienen escritos en los libros, se estudian en universidades y no todas las personas tienen acceso a ellos; pero otros son el resultado de conocimientos que se transmiten a través de generaciones y que tienen que ver con el cuidado integral de las personas (incluyendo las necesidades afectivas, de contacto, de presencia…. que requiere una persona enferma). Todos estos conocimientos forman parte de ese gran bagaje de saberes cotidianos imprescindibles para la vida.

 

Las actividades propuestas alrededor de este cuento tienen como objetivos:

CUENTO 3: La aventura del baño que se limpiaba solo.

 Este cuento se refiere a las actividades relacionadas con la limpieza de espacios comunes, ejemplificándolo en el cuarto de baño. Se trata de reflexionar, por un lado, sobre cuál es nuestra actitud con respecto a la limpieza e higiene de estos espacios y, por otro, considerar que dichos espacios, que habitualmente nos encontramos limpios, conllevan un trabajo diario que alguien realiza.

Los objetivos sobre esta historia serían:

 

CUENTO 4: El cumpleaños de papá.

 La reflexión propuesta en esta historia gira en torno al hecho de agradar a otras personas con las que convivimos. Partiendo de una idea tan cotidiana como la celebración de un cumpleaños, se plantean una serie de saberes cotidianos que hay que poner en marcha para «hacer un regalo en forma de fiesta ».

Otro elemento importante que se contempla es la preparación; es decir, hay actividades cotidianas que no tienen un resultado inmediato y que requieren el desarrollo de actividades muy diversas a lo largo de varios días. Se añade por tanto el valor de la paciencia y la importancia de la planificación para muchos de los trabajos cotidianos.

Las actividades planteadas se dirigen a cubrir los siguientes objetivos:

 

CUENTO 5: Nos vamos de viaje.

Viajar, en muchos casos, no es una actividad frecuente y además no todas las familias la pueden realizar. Pero es seguro que casi todos los niños y niñas han salido un fin de semana, han dormido en casa de algún amigo o amiga, han ido a un campamento o han marchado con familiares a pasar unos días. La propuesta es reflexionar sobre el hecho de que salir de casa supone una planificación de tareas que van desde la elección de un lugar donde ir, hasta el regreso de nuevo a casa. La historia planteada nos lleva a descubrir cuáles son esas tareas y los saberes que conllevan.

Las actividades propuestas persiguen:

 

CUENTO 6: ¡Qué desmadre, madre mía!

La última de las historias que planteamos es una reflexión final acerca de los saberes cotidianos y de la importancia que éstos han adquirido en cada uno de los alumnos y alumnas. No se plantean actividades como en las otras historias, sino que se propone solo una, consistente en finalizar el cuento. Esto supone un proceso de reflexión y síntesis en relación con los saberes cotidianos trabajados en las otras historias, con las actitudes ante los mismos y con los procesos en los que cada alumno y alumna están dispuestos a intervenir.

 

El final de cada historia será diferente en cada caso. Y es como debe ser. Puede plantearse como actividad la puesta en común de los diferentes finales, o generar un final común en pequeños grupos, o elaborar un mural. A partir del posicionamiento reflejado por su alumnado en el final de la historia, el profesor o profesora deberá decidir cómo tiene que seguir trabajando. Lo que se pretende es mostrar que el trabajo que la escuela puede hacer ante la realidad cotidiana nunca está acabado.

Recomendemos esta actividad para el verano y pongámonos a trabajar por la corresponsabilidad.

 

FELICES VACACIONES

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