“Me lo podrías haber pedido…” Trabajo de cuidados y carga mental

Los trabajos implican multitud de actividades y esfuerzos que se realizan diariamente. No siempre son fáciles de reconocer y ni de valorar la importancia que tienen para las personas. Por eso, se propone trabajar, a través del cómic, el conjunto de tareas que suponen los distintos trabajos de cuidados, así como los esfuerzos que su desarrollo implica y que tienen que ver con la planificación, organización, responsabilidad y atención que algunos de estos trabajos requieren.

FICHA TÉCNICA

NIVEL: ESO y Bachillerato

OBJETIVOS: Al finalizar la actividad el alumnado:

  • Conocerá las principales diferencias entre empleo y trabajo de cuidados.
  • Reconocerá el desigual reparto de los trabajos remunerados y no remunerados entre hombres y mujeres.
  • Distinguirá las diferencias entre sexo y género, siendo capaz de determinar las atribuciones objetivas que determina el sexo y aquellas que se corresponden con los estereotipos o roles de género.
  • Sabrá definir nociones complejas como son la división sexual de los trabajos, el patriarcado o atribuciones de género.
  • Identificará los esfuerzos que implican los cuidados más allá de la realización de actividades o tareas concretas.
  • Ampliará la visión de las relaciones de género a la hora de analizar el reparto de los trabajos y otros esfuerzos relacionados con las actividades de cuidados.

ASIGNATURAS: Valores sociales y cívicos, Economía, Geografía e historia.

TEMPORALIZACIÓN: Una sesión.

CONTENIDOS:

  • Definición de trabajo y tipologías.
  • Relaciones de género.
  • División sexual de los trabajos.
  • Patriarcado.
  • Carga emocional de los trabajos de cuidados.

DESARROLLO

La sesión se organiza en torno a tres bloques de contenidos con metodologías concretas en cada caso:

Bloque 1. Comenzamos con una puesta en común sobre lo que el alumnado considera trabajo para valorar el conocimiento previo de las actividades domésticas y de cuidados. ¿Son sólo trabajo las actividades por las que se recibe un salario?

Explicación de los distintos tipos de trabajos:

Distinción entre los distintos trabajos que se realizan en la sociedad:

Los trabajos implican actividades muy distintas que se desarrollan en esferas diferenciadas, las cuales están interconectadas entre sí. De ese modo, distinguimos al menos dos tipos de trabajos:

  • Aquellos puestos de trabajo que se realizan dentro de la esfera del mercado, por cuyo ejercicio se recibe una compensación monetaria (el salario) y que además cuentan con unas condiciones de trabajo determinadas (un contrato en el que se fija el horario de trabajo, días de vacaciones, etc.) y dan acceso a unos derechos presentes y futuros (como por ejemplo poder acceder a una pensión contributiva por enfermedad o vejez).
  • Aquellas otras actividades que se realizan en la esfera de los hogares (trabajos domésticos y de cuidados) que son necesarios para atender las necesidades de sus integrantes y que normalmente son asumidos por las mujeres. A menos que se contrate a una persona o un servicio que cubra parte de esta carga de trabajo, su realización no implica ninguna remuneración y, por su ejecución, no se reconoce derecho diferente al que le corresponde a cualquier ciudadano.

Bloque 2. La sesión prosigue comprendiendo nociones y relaciones de género que afectan al reparto y valoración de la división sexual de los trabajos a través de la explicación por parte del profesorado:

División sexual de los trabajos: significado y relaciones de género que intervienen en el reparto de los trabajos

La división sexual de los trabajos hace referencia al reparto de las distintas actividades, remuneradas o no, que asumen hombres y mujeres y que está condicionado por los roles y estereotipos de género asignados a los distintos sexos. A tal respecto, conviene señalar algunas cuestiones fundamentales que explican las desigualdades de género en el reparto de los trabajos:

1. Distinción entre sexo y género. El sexo hace referencia a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales son objetivamente universales y reales. Sin embargo, el género alude a las atribuciones que se asocian a uno u otro sexo; características que cambian según cada país o región y se transforman en el tiempo. Por ejemplo, el hecho de que las mujeres podamos ser madres es una cuestión biológica, se corresponde con el sexo; sin embargo, que seamos las responsables de cuidar a los hijos o hijas es una cuestión de género que presupone que por ser mujeres estamos más capacitadas para ello. Podemos encontrar multitud de ejemplos que confirman las atribuciones o los roles de género que se nos inculcan desde que nacemos. Entre otras, que a las mujeres se nos considere más sensibles emocionalmente o con menores dotes de liderazgo y que a los hombres se les atribuya una mayor fuerza física o más hábiles para los deportes o los conocimientos científicos, dan muestra de estos estereotipos de género.

2. Los límites entre lo que se considera trabajo y no trabajo no son naturales o universales, sino que dependen de la concepción teórica dominante. Al igual que ocurre con otras cuestiones de estudio, el trabajo es una categoría analítica que evoluciona condicionada por las valoraciones y creencias sociales propias de cada contexto histórico. Ello explica por qué con el avance del capitalismo el significado del trabajo viene referido únicamente a las actividades que forman parte del mercado, quedando al margen de su comprensión todas aquellas otras que, aun siendo imprescindibles para la subsistencia y la continuidad de la sociedad, no contribuyen con el crecimiento económico.

3. Debido a lo anterior, se requiere una definición amplia del trabajo que nos permita visibilizar todas las actividades que son necesarias para la reproducción de la sociedad y el sostenimiento de la vida. Por tanto, se propone entender el trabajo como cualquier actividad orientada hacia la provisión de bienes y servicios socialmente necesarios para la satisfacción de las necesidades humanas y la mejora de las condiciones de vida, dejando a un lado aquellas otras que, aun localizándose en el espacio mercantil, no contribuyen a tal fin o son contrarios al mismo. En base a esta definición, aquellas actividades que no se considerarían trabajo serían las relacionadas, por ejemplo, con el sector armamentístico.

4. En la sociedad se comprueba que el reparto de los trabajos entre hombres y mujeres está determinado por las relaciones de género que establece el patriarcado. El patriarcado es la una forma de organización de las sociedades que privilegia al hombre y las atribuciones masculinas, tanto en el sistema familiar (entiende a los hombres como los jefes de la familia), como en los ámbitos de la vida pública (economía, política, conocimiento, etc.). El carácter patriarcal del reparto de los trabajos posiciona a las mujeres en trabajos infravalorados dentro del mercado (por los que se recibe un menor salario y donde la incidencia de la precariedad es mayor) o invisibilizados (como cuidadoras y responsables del hogar sin percibir ninguna retribución ni reconocimiento social).

Bloque 3. Por último, se pretende ofrecer una aproximación amplia a los trabajos de cuidados, más allá de las actividades visibles que se realizan, y valorar las implicaciones que conlleva esta carga oculta que se conoce como la “carga mental de los cuidados”. Para ello, el material de apoyo es el cómic de Emma Clit1 y preguntas que orienten el debate del alumnado en torno a esta cuestión.

Cómic

El cómic comienza así:

Pero después continúa…

Se puede descargar aquí.

Preguntas y orientaciones para el debate:

Carga mental de los cuidados:

  • ¿Cómo definiríamos la carga mental de los trabajos domésticos y de cuidados? Señalar ejemplos de esa carga emocional para los trabajos relacionados con la alimentación de los miembros del hogar, el cuidado de las personas, atención a los animales domésticos, etc.

Reparto y realización de la carga mental y de los trabajos de cuidados:

  • ¿Qué situaciones se corresponden con el reparto de responsabilidades y tareas que actualmente observamos a nuestro alrededor?
  • ¿Hay un reparto equitativo entre todos los miembros del hogar?
  • ¿Se cuenta con algún tipo de ayuda o apoyo de personas externas a los integrantes del hogar?

Consecuencias e implicaciones de un reparto desigual de los cuidados y la carga mental que implican:

  • ¿Qué riesgos existen si los trabajos de cuidados se concentran en una o pocas personas del hogar? ¿Y si se concentra también en estas mismas personas la carga mental de los cuidados?
  • Las personas que asumen estos trabajos sin ayuda de otras personas, ¿en qué condiciones podrán conciliar esta situación con un empleo en el mercado?

Reflexión propositiva:

  • ¿Se podría gestionar de otra manera el reparto de los trabajos de cuidados y de la carga emocional de los mismos?
  • ¿Cómo sería una distribución más equitativa entre los integrantes del hogar?
  • ¿Son las personas que más implicación tienen en estos trabajos quienes tienen que pedir ayuda o son las que menos carga asumen las que tendrían que llevar la iniciativa para resolver el desigual reparto?
  • ¿Hay otros espacios o instituciones (el mercado, el Estado, etc.) que podrían (y deberían) contribuir a rebajar la carga de actividades y la carga mental de los cuidados?

1 El cómic ha sido traducido por eldiario.es y se ha extraído del siguiente enlace: https://www.eldiario.es/micromachismos/Deberias-haberlo-pedido-comic-mental_6_661843823.html

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