Car Sharing, o movernos ocasionalmente en coche de forma sostenible

El car sharing, o coche compartido, se basa en una red de establecimientos para socios donde se puede acceder a un automóvil de uso ocasional. Se trata de una iniciativa, gestionada por empresas o entidades sociales, que se orienta a personas que no utilizan el coche de forma cotidiana.

Se da la paradoja de que se percibe la gravedad de los problemas ambientales y se desarrolla una progresiva sensibilidad ecológica y que, al mismo tiempo, no acabamos de cambiar nuestros estilos de vida causantes de dicho deterioro ecológico. Este fenómeno, estudiado recientemente en profundidad, se evidencia de forma palpable en nuestra relación con los automóviles.

Existe un consenso científico y social sobre los impactos socioambientales que tiene la movilidad masiva en automóvil (emisiones de gases de efecto invernadero, pérdida de calidad del aire, ruido, inseguridad para peatones y ciclistas, etc.), pero esto no se traduce en un cambio significativo en los patrones de movilidad. Asociamos el coche a autonomía personal, comodidad, velocidad y precio barato; por lo que la inercia cultural nos lleva a autojustificar su uso aunque se base en medias verdades.

Cualquier alternativa rigurosa de movilidad sostenible pasa por minimizar de forma radical la movilidad en automóvil privado. Asumiendo este punto de partida, podemos celebrar el creciente desarrollo del car sharing o coche compartido. El sistema consiste en la implantación de una red de establecimientos para socios donde se puede acceder a un automóvil de uso ocasional. Se trata de una iniciativa, gestionada por empresas o entidades sociales, que se orienta a personas que no utilizan el coche de forma cotidiana. El funcionamiento es sencillo: te haces socio, llamas para reservar y se te cobra por horas de uso y kilometraje. Desde la plataforma divulgativa Streetfilms han realizado un breve documental sobre el impacto y las potencialidades que tendría el desarrollo masivo del car sharing.

Las principales motivaciones de la gente para incorporarse a estas redes son el ahorro de dinero, la necesidad de usos ocasionales de automóviles especiales o furgonetas, gente que no quiere ser propietario por conciencia medioambiental o por evitar sus implicaciones (mantenimiento, aparcamiento…). Una fórmula que supone un ahorro sustancial, que ronda el 600%, siempre que hagamos menos de 15.000 km al año.

En EE.UU -donde esta iniciativa es secundada por 604.000 miembros que comparten una flota de cerca de 10.000 coches- han realizado recientemente una investigación sobre hábitos entre sus usuarios. De ella se desprende que una vez que la gente se incorpora a las redes de car sharing se reduce de manera notable el número de propietarios de coche, disminuyendo en más de la mitad. También se confirma que el 25% de los socios se compraría un coche si no formara parte de estas iniciativas. Además las emisiones de gases de efecto invernadero asociados suelen ser menores, debido al ser flotas más modernas y eficientes energéticamente, incluyendo una ambiciosa apuesta por el coche eléctrico.

En ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao están arrancando iniciativas similares desde hace algunos años, aunque su nivel de impacto es muy reducido al no estar muy difundidas y no resultar del todo competitivas respecto a las agencias de alquiler de coches, ni tener carácter de política pública de movilidad.

Paris ha sido la pionera en dar una dimensión de servicio público municipal al car sharing con el sistema Autolib.

La ciudad de Paris ha sido la pionera en dar una dimensión de servicio público municipal a esta ambiciosa iniciativa, Autolib, que promete revolucionar la forma de moverse de sus habitantes. Siguiendo el ejemplo del sistema de préstamo de bicicletas, actualmente hay una flota de 1.800 coches eléctricos dispersos en 650 puntos de estacionamiento de la ciudad. Cualquier persona socia puede alquilar uno de esos coches para realizar un itinerario dejándolo en cualquier otro estacionamiento de la red. Actualmente el sistema cuenta con más de 8.000 socios que crece según se va desarrollando el proyecto, el objetivo planteado es llegar a los 3.000 coches en 2013.

Al margen de las polémicas surgidas en Francia porque el sistema ha estado impulsado por el multimillonario empresario Vincent Bolloré, que es el fabricante de las baterías que logran una autonomía por recarga de 250Km y amigo personal de Sarkozy, otras muchas ciudades como Londres o New York se encuentran a la expectativa para importar este sistema.

Una apuesta por desplazar al automóvil de anfitrión a invitado en nuestras ciudades, consiguiendo incidir en los patrones de movilidad al ofertar una forma alternativa para usar ocasionalmente un coche (excursión, mudanza, visita…) sin que por ello afloren todas nuestras contradicciones sobre la crisis energética y climática.

4 thoughts on “Car Sharing, o movernos ocasionalmente en coche de forma sostenible

  1. Es una iniciativa estupenda. Creo que es bueno que se fructifiquen este tipo de medidas constructivas para contrarrestar la saturación circulatoria. El carsharing es una de las propuestas de movilidad que, junto al ride-sharing, se están haciendo más populares en el territorio español en estos tiempos difíciles. El que suscribe lleva apuntado al sistema de compartir coche desde hace meses, sobre todo a nivel de vehículo particular por las facilidades que brinda la web (www.blablacar.es). Puedo asegurar que las ventajas son muchas y que es un cambio de hábito del que no se arrepiente uno, por los beneficios ecológicos y también, ante la coyuntura actual, por los económicos. Ánimo y a probar el coche compartido, veréis que salís ganando y también gana el entorno!

    • Buenas

      Ciertamente se me paso comentar espacios como blablacar, que ciertamente suponen un ahorro económico y hace más eficientes los desplazamientos en automovil. Un saludo y gracias

  2. Pingback: Hay un sábado de común denominadores | SurSiendo Blog

  3. Pingback: «Tiempo de actuar», blog sobre crisis energética y cambio climático – FUHEM

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