Actividades a partir de poemas para niñas y niños

Señora vecina

Señora vecina
abra las ventanas
el sol se despierta
todas las mañanas.

Si tiene una pena
mátese de risa
de muchos colores
píntela con tiza.

La ciudad es chica
el aire se pierde
el campo es más grande
como un cielo verde.

Señora vecina
aunque esté cansada
la invito a jugar
lo que tenga en gana.

Siempre son muy tristes
los que están muy solos
vamos a volar
juntos somos todos.

Si quiere un balcón
que no tiene en casa
haga como yo
suba a la terraza.

Yo creo en los patios
porque dan al aire
y quiero el domingo
porque tiene parque.

Señora vecina

aunque esté cansada

la invito a jugar

lo que tenga en gana.

Daniel Brofman-Aguilar. Argentina

Este es uno de los poemas que sirven de eje de esta deliciosa recopilación de técnicas para trabajar distintos aprendizajes ecosociales y de otros ámbitos del currículo, especialmente de lengua. En palabras de su autor, Daniel Brofman-Aguilar:

La idea de crear actividades que partieran de poemas para niños y niñas con temas tan importantes y vigentes en el mundo actual, supuso un desafío. En principio, no resulta necesario que el texto de cada poema hable en forma literal de los temas, pero en ellos debemos encontrar -en su subtexto o en sus significantes-, un hilo del cual tirar y, a partir de ellos, generar las tareas a realizar, procesos creativos que concienticen sobre la diversidad, la igualdad de género y la prevención al racismo.

Estos trabajos pretenden estimular el aprendizaje y ayudar a desatar fantasías. De algún modo, trascender los límites del poema y llevarnos a la potencialidad que existe en cada niña y niño: su imaginación y capacidad creativa.

Como se podrá ver, se ha trabajado con diversas propuestas; dramatizaciones, plástica; preguntas que pueden transformase en un punto polémico que abra paso a la reflexión, a la creatividad y a la diversión.

La intención es que las actividades funcionen como disparadores de ideas y no como esquemas repetitivos que se agoten en sí mismos y, lo que es peor, que la tarea creativa se convierta en un entretenimiento superficial sin valor formativo.

Las consignas sugeridas en cada unidad deberán adecuarse a las edades de los niños y las niñas, y todas las actividades quizás no sean las ideales para todos los grupos. No hemos delimitado las diferencias para cada nivel ya que estimamos que es el docente quien debe determinar qué es lo más apropiado para su grupo.

Deseamos que se cumpla la intención de este trabajo: hacer una experiencia vívida de los temas que hacen a la convivencia democrática, respeto al diferente, el valor de la igualdad y la riqueza de la diversidad. Y, desde luego, instalar la imaginación en un lugar esencial en la tarea educativa.

La unidad didáctica consta de 10 poemas con actividades variadas para trabajar cada uno de ellos. Se puede descargar aquí.

Ficha técnica

Objetivos:

Al finalizar las técnicas, el alumnado:

  • Mejorará sus habilidades de comprensión y expresión lingüística.
  • Desarrollará su imaginación.
  • Aumentará su valoración de la diversidad.
  • Aumentará su valoración de la igualdad desde la perspectiva de género.
  • Valorará la interculturalidad.

Etapa: Educación Primaria.

Áreas: Leguna, Educación en valores cívicos y éticos.

Desarrollo

A modo de ejemplo, ponemos la técnica que el autor propone para trabajar el poema con el que abrimos la entrada.

Cuando pasamos frente a una casa y miramos una ventana o cuando desde una terraza o balcón vemos otras terrazas, techos, otros balcones… ¿Nos imaginamos cómo será la vida de los que viven allí?

1. ¿Quién es mi vecina?

A los niños y las niñas se les planteará un sinfín de interrogantes, si les formulamos, por ejemplo, estas preguntas:

  • ¿Cómo será la vida de nuestra vecina?
  • ¿Vive sola? ¿Con quién vive?
  • ¿Se levantará pronto por las mañanas?
  • ¿Preparará ella misma la comida?
  • ¿Qué cosas hará durante todo el día?
  • ¿A qué juegos jugará?
  • ¿Jugará?

Respondiendo con su imaginación, seguramente proyectarán sus propias vivencias en su “vecina imaginaria”. La imaginación se nutre de nuestra memoria.

2. Mirar la casa de al lado

Cada niño y cada niña elegirá un portal, una casa o una ventana de una casa cercana a la suya.
Les pedimos que nos cuenten cómo es el portal, de qué color son las paredes, si tiene balcón, y todos aquellos detalles que se nos escapan por no prestarles atención, aunque vivamos a pocos metros. Estimularemos a que la dibujen, la coloreen, y nos cuenten cómo es la vecina que vive en esa casa. La observación y la memoria nos ayudarán a imaginar y a conocer.

3. Vayamos a la”Señora vecina”

Exploremos sus frases:

“Esta” vecina:

  • ¿Tiene ventanas?
  • ¿Tiene balcón?
  • ¿Tiene patio?
  • ¿Tiene terraza?

Las respuestas las encontrarán en el propio texto. Pero las siguientes, que terminarán de caracterizar a la vecina, surgirán de la imaginación de cada niña y cada niño.

  • ¿Es una señora delgada que está enojada y nunca nos saluda?
  • ¿Es una señora que sale a hacer la compra y nos saluda con una sonrisa?
  • ¿Es una señora que sale temprano con un portafolio a trabajar y regresa a la tarde?
  • ¿O es una que le gusta tocar el piano? ¿O cantar?

Cada niño o niña inventará a “su” vecina. Y le haremos las siguientes preguntas –y las que imaginen-, para que terminen de imaginarla:

  • ¿Cómo es tu vecina?
  • ¿Cómo está vestida?
  • ¿Qué edad tiene?
  • ¿Vive sola o con alguien?
  • ¿Cuál es su nombre?

Desde luego que no tendrán todas las respuestas, por lo que aquí mismo comienza otra parte del trabajo en el que podremos participar todo el mundo: ¡HACER UN FOTOMONTAJE!

4. La vecina rompecabezas

Juntamos diarios y revistas y recortamos imágenes de figuras humanas. Cuanto más recortes seleccionemos, mayores serán las posibilidades de armar nuestras propias figuras.

Ahora, procedemos a recortar por separado las partes del cuerpo para jugar con ellas como si se tratase de un rompecabezas. Así, podremos juntar la cabeza de una figura con el cuerpo de otra, las piernas y brazos de una tercera, etc.

5. Señora vecina, ¡abra las ventanas!

Una vez que tengamos la figura de nuestra vecina, sepamos cómo y con quien vive, si es alta o baja, como se llama, etc., podremos escribirle una carta para contarle por qué le pedimos que abra las ventanas.

Y cada niño y cada niña leerá al grupo lo que ha escrito:

  • Que abra sus ventanas para que entre el sol y el aire.
  • Que las abra para dejar que entre un sueño perdido.
  • Para que la saluden los pájaros.
  • Para que escuche una canción que canta otro vecino o vecina.

Seguramente, a los niños y niñas se les ocurrirán cosas más originales y disparatadas.